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Cartas de los Lectores

La plaça de Sant Pere
o de la Bona Sort?

No tenia cap intenció d'escriure sobre les obres que es fan a la plaça de Sant Pere, ja que el projecte que s'està executant és el mateix que vam veure a l'Ajuntament el dia que ens el van presentar als veïns.

Però un parell de qüestions m'han animat a fer aquesta carta. La primera, és veure que, deixant a part la bellesa, l'oportunitat o la necessitat d'aquesta obra, que com és lògic té opinions per a tots els gustos, molts dels comentaris que fa la gent són els mateixos que varen sorgir el dia que ens varen mostrar el projecte, comentaris de com quedaria la imatge de l'entrada a Alaior o l'impacte que tindria l'escultura a l'entorn, i realment és així.La vista que teníem de l'entrada al poble davallant per es Cós amb la imatge de tot es Camí Nou fins sa plaça Nova era preciosa. Ara, no es veurà res. O la pèrdua de protagonisme d'un dels llocs més emblemàtics per als alaiorencs, tant pel seu valor cultural com festiu, com és la plaça i l'Església de Sant Pere, ara el tindrà la nova escultura.La segona qüestió és la seguretat, motiu molt important, segons ens van dir, pel qual s'havia de fer l'obra. Jo amb els 26 anys que estic creuant el pas de vianants que tinc davant ca nostra, no havia tingut cap problema mai, ja que teníem una gran visibilitat tant pels cotxes que pujaven com pels que baixaven. Si venien ràpid i no s'aturaven (molts d'ells), esperaves perquè els veies venir. Però fa uns dies quasi em tiren per endavant mentre creuava el carrer. Al principi vaig pensar: "va ràpid" (que hi anava), però amb els dies he vist que si el cotxe que surt de la doble volta de la rodona entra un poc ràpid cap es Camí Nou, es troba de cop amb el pas de vianants i ni ell, ni el que creua tenen molt de temps per a reaccionar. Esper que sigui un cas puntual.

Per tant, confiem en la influència de la nova escultura, la Bona Sort. Sort que necessitarem perquè de Sant Pere no podrem esperar massa, una volta haver-lo deixat en segon lloc.

Juan Fernando Palliser Sintes
Alaior

Responsabilidades políticas

Si se tiene en cuenta la insatisfacción que genera y el gran desprestigio social, ganado a pulso, que, hoy por hoy, experimenta la casta política, cabe preguntarse si no ha llegado ya la hora de introducir las modificaciones legales necesarias para que sea el ciudadano de a pie y no el político el auténtico protagonista y el beneficiado de la acción de gobierno.

Ante alguna de las fechorías cometidas, y no son pocas, ¿cuántas veces no hemos oído al político implicado recitar la cantinela de que "se van a asumir responsabilidades políticas" sin que ello haya tenido la menor consecuencia real y ante la que al ciudadano no le queda más defensa que esperar a las próximas elecciones para dar su voto a otro partido? Después de 30 años de rodaje ¿no es ya el momento de desmontar esta partitocracia en la que son las reducidas cúpulas de los partidos ganadores los que toman las decisiones encaminadas muchas veces, sobre todo en los últimos años, no al bien del país en su conjunto, sino al provecho del partido propio? ¿No es hora ya de acercarnos a una democracia más auténtica que recoja con mayor fidelidad la voluntad del ciudadano?

Parece evidente que si los políticos, elegidos en función de sus programas y de sus promesas electorales, tuvieran que rendir cuentas rigurosas ante el electorado de la gestión de su programa y del cumplimiento de lo que prometieron de un modo que repercutiera en consecuencias políticas o penales de forma mucho más inmediata y contundente que en la actualidad, y los daños causados a la sociedad y las mentiras y los incumplimientos flagrantes no quedaran impunes, probablemente se cerraría el paso a algún que otro lunático incompetente y mesiánico, a tanto cantamañanas manipulador y a tanto sinvergüenza que se arrima a la política no para servir a la sociedad sino para satisfacer su hambre de poder o para medrar a su costa. Si se hiciera así, los elegidos por las urnas para dirigir el país podrían ser, tal vez, no los más hábiles embaucadores sino los mejores y los más capacitados.Un ejemplo claro de causa del divorcio creciente entre la casta política y la sociedad son las cambios de política desarrollados por el Sr. Zapatero en relación a su programa electoral. Cambios forzados desde el exterior, algunos, ciertamente, pero cambios que implican políticas radicalmente opuestas a lo que prometió. No hablemos ya de la imposición de la atrocidad del asesinato legal de seres humanos por razones ideológicas contenida en la nueva ley del aborto, próxima a la filosofía nazi, que no figuraba en el programa electoral socialista y Zapatero se sacó de la manga; imposición a la sociedad que, al ser rechazada por ella, debería ser, por sí sola y en buena práctica democrática, causa suficiente para obligarle a dimitir de su cargo; sino de asuntos económicos. Cuando el ciudadano votó al Sr. Zapatero no le dio carta blanca para que hiciera lo que le viniera en gana, congelara las pensiones, o modificara la edad de jubilación, o recortara el sueldo a los empleados públicos, o para que subiera los impuestos o para etc. etc. sino para que desarrollara su programa de izquierdas y pusiera en práctica lo que prometió. (Recuérdese que ésta había de ser la legislatura del pleno empleo, que la economía española estaba en la Champions League, que pronto nos pondríamos por delante de Francia y alcanzaríamos a Alemania, etc. etc.). De modo que, ante las nuevas circunstancias y las nuevas dificultades, la más elemental sensibilidad democrática, un mínimo respeto al sagrado compromiso con el elector exigían una consulta y una autorización para poder seguir adelante con las nuevas medidas, no de la cúpula de su partido, sino del ciudadano, que es quien le votó y le llevó a la Moncloa. Al no haber obtenido esta ratificación, su elección como presidente del gobierno podría ser muy bien puesta en cuestión desde el punto de vista de la ortodoxia democrática, pues sólo hubiera podido ser legitimada totalmente a través de una nueva confirmación de las urnas, aunque ello significara la convocación de elecciones anticipadas y el riesgo de una probable expulsión del poder. Al no hacerlo así, ha puesto de manifiesto, una vez más, la muy débil consistencia de sus convicciones democráticas y su velada tendencia totalitarista, actitudes que le señalan aferrado al sillón del poder como único objetivo y con un derecho más que discutible. Y no valen excusas de sacrificio y autoinmolación, aceptación de responsabilidades no creíble en este personaje; se trata de un dilema bien sencillo: o democracia auténtica o autoritarismo, no hay término medio.

Jaume Llabrés Casasnovas
Ciutadella

Enhorabuena a la A VV de Cala en Porter

Desde estas líneas quiero dar la enhorabuena a la Asociación de Vecinos de Cala en Porter por haber conseguido al fin un objetivo tantas veces solicitado al Consell Insular: que Cala en Porter disfrute de un servicio de autobuses "regular".Tras repetidos intentos, y la obtención de los ya conocidos, "no es rentable", " lo estudiaremos", "tal vez más adelante", al fin lo habéis conseguido. Quiero desde aquí animaros para que sigáis en ésta línea de trabajo, y no decaigáis por muchas trabas que podáis encontrar en vuestra labor, Cala en Porter poco a poco se va haciendo cada vez más "pueblo", mayor número de habitantes, niños de todas las edades, etc. Y por lo tanto cada vez habrá mayor número de necesidades.Asimismo os animo para que sigáis con las actividades en el local de la Asociación, o en la plaza cuando el tiempo lo permita, para que la gente nos podamos ir conociendo, y relacionando pues siendo la urbanización tan extensa, si tenemos un lugar común de reunión será más fácil que esto sea posible, así como el poder implicar poco a poco a más vecinos para que puedan colaborar con la Asociación.Ánimo a todos y todas.

JOAQUÍN FERRER LORENZO
Maó

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