Domingos sin solución
Es Domingo, maldito-buen día por mi sana costumbre de comprar periódicos, no quiero hacer publicidad de las marcas, pero no es prensa-basura. Siempre empiezo a leer por las páginas de economía, después paso por la política y termino por sociedad ( Deportes no, porque ya tengo los periódicos deportivos on-line). Probablemente sea un error, tendría que dejar el asunto de economía para el final. Lo que más inquieta, "el diferencial creciente de tipos" que existe entre las subastas de deuda pública española y el bono alemán, síntoma inequívoco de que la confianza de los inversores extranjeros es muy negativa. Ahora resulta que nuestro sistema financiero no estaba tan saneado como nos quería hacer creer el zeta-ceja, ¿Por qué Zapatero no ha dado ninguna solución a este problema? Error de domingo: empezar a leer los periódicos por las páginas de economía. Después hago un paso por política, y veo un gran cambio de alcaldes en toda mi isla, la presentación es demasiado "verde-optimista de futuro", pero lo cierto serán los (cómodos e incómodos) consensos en Ciutadella, Es Castell y Ferreries, menos en un pueblo, el central, y el más conservador de izquierdas, aunque esos nuevos alcaldes sean mejores no me dan la solución para terminar con el lastre de la indignación, y para terminar me voy a la página de sociedad, y termino mal, casi enfermo, al leer: "Baleària vuelve a dejar los pasajeros en tierra", y pregunto ¿nadie hará nada para solucionar este problema de Baleària, y de Ciutadella? Por ahora no veo soluciones al problema. ¿No será un error leer el periódico un domingo? ¿No será un error leer el periódico? Para terminar, quiero citar una frase de mi padre: "Quien no aporta una solución al problema, forma parte del problema"
Dani Florit Camps
Ciutadella
Al senyor J. Carlos Ortego
Repassant els diaris del cap de setmana, em trobo que en el de dissabte, hi ha dos escrits que fan referència al Sr. J. Carlos Ortego. El primer, un article d'opinió, sobre el PIB i el FIB. Curt i concís, no li sobra res i sobretot, molt clar en el seu plantejament. La "felicitat" occidental està molt lluny de les emocions que fan gaudir i viure amb sentit la vida que poc tenen a veure, un cop superats els límits de la subsistència, amb la acumulació de propietats i bens. Com sempre, una delícia llegir els seus articles d'opinió, sr. Ortego. I la "mala" notícia arriba a la pàgina 8. Mala notícia pels lectors, bona segur pels ciutadans de Maó. El Sr. Ortego marxa a l'aventura com director de comunicació en el nou equip de govern de l'ajuntament de Maó. Res a dir, té tot el dret a fer-ho i li desitjo el millor de tot. Però no puc deixar de manifestar el meu pesar si això comporta que deixarà d'escriure en el Menorca. Des d'aquí, li prego que ens segueixi obsequiant amb els seus articles d'opinió.
Jordi Gutiérrez Jané
Maó
La rebelión de los políticos
Treinta días después del 15 M los jóvenes ciudadanos que fueron la chispa del estallido del fenómeno de indignación popular generalizada más importante habido en este país en los últimos tiempos en contra de la corrupción, el acomodo político, la pasividad ante los desmanes financieros, los recortes sociales y a favor de una regeneración democrática de la sociedad, han decidido guardar el mechero para volver a sacarlo otra vez en el momento oportuno antes de que se acabe la mecha. Me parece una excelente decisión. La sociedad no tan joven pero tan indignada como ellos que los ha apoyado les agradece esa rebelión generacional que deseábamos llegara, al igual que otras jóvenes generaciones lo hicieron cuando fue preciso. La sociedad necesitaba constatar que, en los tiempos en que vivimos, todavía los ciudadanos tenemos capacidad de reacción para rebelarnos contra un sistema político-financiero que pretende seamos solo dóciles votos que contar, o entes individuales a los que explotar y exprimir debidamente. Los unos para mantener y disfrutar del poder, los otros para aumentar lo único que les interesa, es decir su cuenta de beneficios. Bien pensado y visto desde una cierta distancia, el contubernio judeo-masónico que amenazaba la sociedad según jaleaba la propaganda franquista en otras épocas afortunadamente superadas, parece ahora un juego de niños comparado con la sofisticación de este contubernio del siglo XXI que vivimos amenazando los importantes logros sociales y democráticos obtenidos con el sufrimiento de muchas generaciones anteriores.Y dicho esto, para superar este dislate en el que estamos inmersos no nos toca, a día de hoy, otra solución que pedir directamente tenga lugar aquello que la sociedad espera, es decir la urgente y necesaria rebelión de los políticos.
Deberían ser valientes en la toma de decisiones, atentos, críticos ante la imposición de la sumisión al aparato de los partidos y contrarios a la profesionalización de la política para así imbuirse de principios democráticos reales, valores éticos y de servicio.
Los partidos deben dejar de mirarse al ombligo, para poder regenerar esta manera tan "light" de entender la responsabilidad política, en la que su propio interés priva en demasiadas ocasiones sobre los intereses de los ciudadanos. Y digo a día de hoy, porque la historia no tan reciente de este país y la de Europa nos ilustra con variedad de ejemplos de lo que pude ocurrir, si los políticos no saben leer apropiadamente el sentir de los pueblos. La sociedad avisa, no queremos ir donde no nos importa o perjudica, pero si nos fuerzan no nos quedará otra salida que hacer bueno el dicho aquel que dice: más tarde o más temprano la historia se repite. Está en manos de todos nuestro futuro.
Por nuestro propio bien, políticos por favor indígnense y rebélense.
Jordi Viola
Alaior