Pequeños detalles
Ya se puede decir que las obras de la plaza Francesc d'Albranca de Ferreries están terminadas. Tengo el privilegio desde mis ventanas de mirarla y volver a mirarla y contemplar el bullicio en horas punta de niños, padres, abuelos, gente joven, deportistas, estudiantes, docentes y esa gente vecina de otros municipios que comentan "s'empenta dels ferreriencs per renovar-se", dejando caer una sencilla palabra de aprobación. Mi mirada se pierde en la montaña de Son Mercè de Baix que queda justo enfrente de mis ventanas, siendo una de las montañas que protege mi municipio, y mis pensamientos se trasladan a la sala de actos del ayuntamiento, donde los vecinos fuimos convocados, para enseñarnos el proyecto de la futura remodelación de la plaza.
Una maqueta que a simple vista me pareció bonita, con detalles bien diseñados y coloreados y ya la ilusión de cambio y remodelación de un futuro inmediato. La convocatoria fue amena y para mí lo mejor fue que hubo un consenso generalizado en cuanto a detalles como la pavimentación, vegetación, alumbrado entre otras cosas. La pregunta más inmediata fue ¿cuándo se empezarán las obras?, ¿cuándo se finalizarán? Respuestas, lo previsto será empezar en septiembre y, si todo va bien, a finales de año estarán listas o como tarde a principio del año 2011. Estamos a mediados de abril y desde hace unas pocas semanas es una realidad, no un simple dibujo en una maqueta con proyecto de ejecución. Pero ahí esta en parte el motivo de mi escrito. Encuentro pequeños detalles que supongo que a medida que se crea necesario tal vez puedan reconducirse, como ya se ha reconducido un cambio muy importante (por el riesgo que suponía) en cuanto a la terminación de los círculos de hierro que se han recubierto necesariamente para no dañar a persona alguna, con el factor de riesgo que los más perjudicados fuesen los niños. Se que la preocupación era muy generalizada y lo mejor de todo es que ha sido oída y atendida, mi alabanza al consistorio. Respecto a los tres círculos, cada uno de ellos con una función determinada, dos de ellos de juegos infantiles y el tercero ubicaba la bella obra escultural del polifacético Marc Jesús. El círculo de juegos ideado para los más chiquitines, el material puesto es la gravilla y ésa es la causa de que se esparce a metros y metros de su ubicación natural, dando un aspecto de suciedad y poco agradable y creo que se tendría que encontrar la forma para evitar ese esparcimiento de la gravilla. Otro pequeño detalle lo encuentro en los círculos donde están los árboles recién sembrados, donde no hay protección alguna en contacto con la tierra. La lluvia, el juego de los niños con sus balones, el posible despiste de alguna persona propietaria de perro que haya arañado la tierra, hacen que ésta fácilmente quede esparcida por los alrededores y otra suciedad añadida. La pérgola, mi gran decepción, siento decirlo pero es así, de haberla visto dentro de una línea aerodinámica en el momento que nos la enseñaron como cuya misión era la de dar sombra, aire fresco para los días calurosos y como refugio reconfortable, tal como ha quedado, esos objetivos no se darán como tal. Observo que según sea por la mañana o por la tarde la sombra habría que buscarla en medio de la vía pública o en medio de la plaza donde no hay donde sentarse. Es una lástima porque así como está terminada esa infraestructura no se puede aprovechar suficientemente sus posibles beneficios. La plaza ha quedado espaciosa, grande y hay cuatro bancos grandes de diseño, pero, lo siento para esta gente que necesitan respaldar sus espaldas para tener un total descanso después de sus caminatas, acompañar a sus nietos mientras ellos se divierten con sus juegos, charlar y pasar el rato, etc.
Ya para terminar diré que me gusta el cambio apartando los pequeños detalles que sé, que si es necesario reconducirlos, se reconducirán por el bien comunitario, y me gustaría que aparte de ser un lugar de paseo, de juegos, de descansillo y donde ir a pasear, también caiga algún acontecimiento cultural, musical o simplemente de entretenimiento, algo que los vecinos venimos pidiendo. A la espera de la crecida de los árboles y plantas autóctonas el embellecimiento crecerá.
Gracias al ayuntamiento por haberse acogido al programa de la ley de barrios, todos podremos disfrutar de esa plaza renovada.
Ana maría riera febrer
Ferreries
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Me voy
He venido de Madrid a pasar una semana de relax en la isla. Del viaje de venida en avión, mejor ni hablar, porque no es objeto de esta carta. Lo que me lleva a sentarme frente al ordenador es el viaje de salida en Baleària de Ciutadella a Barcelona. Empezando porque no avisaron ni por internet al comprar los billetes, ni en persona cuando fuimos a Mahón a sacar las tarjetas de embarque, de que el barco salía del puerto nuevo, lo que ya supone un olímpico desprecio hacia el cliente. Menos mal que el precio era muy barato…473 euros de vellón para dos personas y un coche sólo ida; ahí es nada… calderilla como quien dice. Nos presentamos, según contrato, a las 9,30 h. en el puerto. A las 10h., que era la hora de embarque nos dicen que el barco no va a salir para Barcelona, que se va a quedar para salir por la noche a Alcúdia. Éramos muy pocos pasajeros y no les salía a cuanta ir y volver a Barcelona. Eso lo sabían al menos desde el día antes, pero nos lo informaron a las 10h., cuando ya no daba tiempo de ir a Mahón para coger el barco de su competencia. Como que el primer barco que salía para la Península, era el suyo del día siguiente para Barcelona… no hay problema, así les sale redondo, se ahorran el combustible y las horas de trabajo de la tripulación de una ida y vuelta y no pierden ni un solo duro, porque si tienes que salir cuanto antes, te vas a quedar para salir con ellos al día siguiente…¡ o no! Porque nos enteramos de que el día antes ya habían suspendido los dos trayectos por lo mismo. En la ventanilla había un señor escribiendo una reclamación porque el día antes le habían dejado sin viajar a Alcúdia. Pedido en ventanilla los "derechos del pasajero" me dijeron que no existen, que Bruselas no los ha dictado y por lo tanto los pasajeros no tenemos ningún derecho, pero que si yo quiero, me devuelven el dinero y que me busque la vida. Si no me queda dinero para un hotel que duerma bajo un puente y si no me queda dinero para comer que robe el bolso de alguna viejecita. Pedida la hoja de reclamaciones me dan tres papeles con dos hojas de carboncillo y me dicen que tengo que escribir rápido y devolverles los carboncillos porque sólo tienen dos. Además me dijeron que tenía que escribirlos in situ y entregársela a ellos porque no servía entregarla en Mahón o Barcelona. Lo que está claro es que esto no es la primera vez que ocurre, por lo tanto las hojas de reclamaciones no les llegan al político de turno o éste, a medida que van llegando, las va pinchando en el clavo de su toilette.
Visto lo visto y para un sujeto pasivo entrado en años como yo, me surgen varias preguntas retóricas, a saber:
¿Así es como la isla de Menorca pretende atraer turistas que quieran relajarse, o realmente lo que busca son turistas a los que les vaya la marcha y las sensaciones fuertes?.
Nuestros políticos en Bruselas (que son legión ) además de viajar en primera de un lado a otro ¿a qué se dedican?.
A parte de pasar de ser una dictadura de charanga y pandereta a ser una monarquía exportadora de pepinos ¿en qué ha cambiado para un ciudadano común este país?.
Y ya que está claro que las navieras pueden hacer lo que mejor les venga para su economía, ¿puedo hacer yo lo mismo con mi declaración de Hacienda?.
¿Qué ha pasado con aquella España en la que te ocurría algo en Lugo y lo denunciabas en Cádiz al llegar y te lo tramitaban? Ahora no sólo hay consejerías independientes y estancas entre comunidades, sino ya entre pueblos, dentro de poco las habrá entre barrios, si es que no revienta esto por algún lado.
Y por último, ¿no se habrán enterado el Govern de les Illes ni Baleària, de que ya hace muchísimos años que se inventó el papel autocopiante, que eso del carboncillo pertenece a los tiempos de funcionarios con puñetas y vuelva Vd. mañana con una póliza de dos pesetas. Que ni en Uganda se utiliza ya el carboncillo.
Lo que no sé yo, es dónde los consiguen, aunque claro… por eso tenían sólo dos para todo el año.
Por todo esto, es por lo que después de 32 años, he decidido vender mi casa de vacaciones en la isla y comprármela en tierra firme, donde no tenga que depender de compañías aéreas con sus huelgas de pilotos y con sus programaciones más ajustadas que las bragas de una quinceañera, que al estornudar uno de sus viejos cacharros, debido a la fatiga a la que se les somete en verano, se les va toda la programación al garete, ni de la multimillonaria AENA con sus huelgas de controladores, bomberos y demás. Ni del despotismo de navieras como Baleària donde lo único que falta es que el capitán se vaya orinando sobre los pasajeros a medida que van entrando, con el beneplácito de los politiquillos del lugar sea cual sea su color ya que a todos ellos lo único que les preocupa es mantener sus dignas posaderas sentadas en el sillón de mando. Se acabó. Adiós.
Alejandro Lorenzo Bofill
Madrid