Atentado
a la salud
La palabra sonará fuerte, pero es así como me siento cada vez que enfermo o tengo un accidente laboral y me deniegan esa condición, como si atentaran contra mi persona, penalizando con la pérdida muy significativa de dinero estos procesos que me incapacitan temporalmente para llevar a cabo mi trabajo y mi vida cotidiana. Por no hablar del estado de ira e impotencia que me invaden ante tamaña injusticia.
Tengo 58 años, llevo trabajando desde los 17. Soy de una generación que luchaba para conseguir derechos fundamentales que se nos negaban, como por ejemplo el cobro integro del salario al enfermar.
Ahora a golpe de decretazo, se niega ese derecho, dejando abierta la posibilidad de "excepciones" a las comunidades autónomas, algunas de las cuales, como la de las Islas Baleares donde resido, solo se contempla el derecho a percibir el sueldo integro, según me acaban de informar sindicatos y Servicio de Seguridad Laboral, el embarazo, y las intervenciones quirúrgicas con ingreso. Si tienes cáncer, enfermedad contagiosa, enfermedades mentales o psicológicas, graves etc, pues te aguantas. Hay que ahorrar.
Todo esto me parece una broma macabra, y ademas me genera una gran impotencia e indefensión y me explico. Al consultar a la junta de personal de mi empresa (IB-Salud), si sus servicios jurídicos están reivindicando ese derecho como adquirido y por tanto ilegalizando contractualmente el decretazo, me contestan "bueno, como dichos servicios no piensan que se pueda ganar, pues por eso no lo denuncian. Y yo que me quedo durante unos segundos sin habla, les acabo preguntando ¿ que me decís, os estáis oyendo?, y a continuación me contestan, bien lo llevaremos a la mesa sectorial.
No lo entiendo, de ninguna manera lo entiendo. De momento y a nivel individual ya estoy en contacto con una abogada, para que valore, si puedo pleitear a nivel particular, aunque tenga que pedir un crédito, ya que gracias al ministro de Justicia, Sr Gallardón, pleitear cuesta 300 euros, recurrir 600, y si te tienes que dirigir al Tribunal Constitucional 1.200 euros... Un regalazo.
Por otra parte ahora empieza a ser bastante frecuente que los mismos sanitarios, entre otros trabajadores, vayan al trabajo con muletas, o con mascarillas, si llega el caso, si tienen gripes o enfermedades similares , para evitar transmitir cualquier "bicho" a sus pacientes o clientes.
Como en este país concurren la envidia , el choriceo, con la mas grande solidaridad( cosas de la España extraña y profunda). Se da el caso, con respecto a la envidia y a la mal entendida idea de igualdad, que "somos los empleados públicos, los que tenemos toda la culpa de los males económicos de este país".
Se dice también, que hay personas que han tenido bajas laborales sin ser justificadas o abusando de ellas, pero al margen de que existe una inspección de trabajo, ahora mismo existen personas con largas y graves enfermedades físicas o psíquicas, o ambas a la vez, que frente al servicio de inspección médica se sienten menospreciados e incomprendidos en su dolor, lo cual es de juzgado de guardia. Así pues personas que llevaban 18 meses de baja, esperando pasar a una situación de incapacidad laboral en el grado pertinente, han sido dadas de alta( no estando para nada en condiciones de trabajar), por motivos única y exclusivamente presupuestarios( reducir al máximo el gasto de las pensiones). De esta manera la persona vuelve a su empresa y aunque esta pueda recolocarla en algún lugar de trabajo, se siente enormemente menospreciada, ya que se le han negado sus derechos. Estoy hablando de enfermedades de gran discapacidad en personas que muchas veces tienen mas de 55 años y llevan mas de 35 años cotizando a la Seguridad Social.
No nos extrañe que cada vez haya mas personas enfermas, porque no nos engañemos, la enfermedad no aparece de la nada. El individuo que no solo no es feliz, se ve cada vez mas acosado por gobiernos desvergonzados y perversos, que solo piensan en mantener su parcela de poder y de dinero, y que se dedican a culpabilizar al ciudadano de la gran crisis.
No podemos consentir de ninguna manera que nos quiten la ilusión y hasta la salud por falta de esperanza y de la pequeña parcelita de felicidad que nos corresponde a todos. O sea que entre todos tenemos que dejar de preocuparnos y ocuparnos en luchar unidos, cada uno haciendo lo que mejor sepa hacer, contra estos gobiernos inmorales, disfrazados de demócratas.
Para acabar. Estos derechos que reclamo desde el principio, los deseo para todos mis conciudadanos, pero el hecho de que unos ciudadanos hayan conseguido mas derechos que otros no nos tiene por que meter a los funcionarios en el "saco de los malos". Ni hablar , por ahí no paso. Ya que la lucha por la reivindicación de unos derechos pasa por la solidaridad por el derecho alcanzado , no por el perdido.
Yo a pesar de todo, no quiero perder la esperanza, ya que mi trabajo( soy enfermera), me ha gustado siempre, me sigue gustando, y ocupa una parte muy importante de mi vida y no voy a consentir que " los malos de verdad", anulen mi parcelita de felicidad y mis ganas de seguir riendo y disfrutando de esta maravillosa vida.
ÁNGELES CASTILLO HUERTA
Mahón
L'albada
d'un nou viure
Quan la mort posa punt i final a la vida, sobretot si aquesta vida és la d'un jove de trenta-vuit anys, hom es demana quin és el sentit del viure i per què la mort d'una vida, encara en projecció.
No som capaç de donar resposta als misteris que ens rodegen. Sí que tinc clar que hi ha claus que ens permeten el nostre desenvolupament vital amb una gran satisfacció, inclòs en els pitjors moments.
El nostre fill Guiem, de 38 anys, persona bondadosa, discreta, intel·ligent, ple d'un humor fi i irònic, ha mort i ens ha omplert, com és natural, de pena i de perplexitat. Aquestes sorpreses són indesitjables. Mai les vols, però arriben. Davant elles, hom s'aferra al que té per compensar el neguit. En el nostre cas, les cames damunt les que hem assentat la nostra serenitat i pau han estat: Déu, família i amics. Déu és tot allò que ens permet viure joiosament la nostra sensació de pèrdua, sabent que és, solsament, temporal. Ell ens dóna forces. Que sigui lloat per sempre! La família, constituïda per persones unides a nosaltres per la sang i per la fe que ens han agombolat fins a fer-nos emocionar i donar gràcies a Déu i, finalment els amics que hem anat trobant al llarg d'aquest camí que és la vida que ens han fet sentir valorats i estimats.
Unes paraules de profund agraïment per al personal sanitari que va intervenir en l'atenció d'en Guiem fins a la seva mort. Ens sentim admirats per la seva empatia, informació comprensible, humanitat que anava molt més enllà de la professionalitat. Quina lliçó de vida ens varen donar.
A tots, gràcies!
Agustí Anglada Orfila
Ciutadella