Los cañones de Llucalari
Uno de los lugares más significativos de la historia contemporánea de Menorca es la batería militar de defensa de Llucalari. Se pueden dar diversas razones para justificar esto. Desde su valor estratégico para ahuyentar potencias navales extranjeras o las tropas franquistas asentadas en Mallorca durante la Guerra Civil, pasando por destino de levas del servicio militar tanto de insulares como peninsulares (con el infausto recuerdo de los 23 fallecidos en un accidente el 26 de junio de 1953) o la experiencia del pueblo okupado de Llucalari. Si su valor histórico es innegable, tampoco lo es su valor como espacio natural con vistas a la playa de Son Bou y a la isla vecina de Mallorca.La marea especuladora y turística no quiere dejar pasar esta oportunidad sobre Llucalari y aunque ahora parece encontrarse retenida a la espera del siguiente ciclo económico que haga despegar la depredación, ya tendrá su momento. De momento, las baterías de Llucalari se encuentran en propiedad privada, sin posibilidad de visitar un espacio que debería ser patrimonio de toda la Isla y de todo foráneo, sin poder acceder a los cañones Vickers de las baterías, que en su día costaron una fortuna a los contribuyentes. Y no para ser un templo a Marte, sino como un sitio de historia viva de Menorca.
Estaba mejor cuando la okupación del pueblo de Llucalari (2003-2005), que en vez de destruir el paraje o los cañones, lo habilitaron en la medida de sus posibilidades y encima decoraron la artillería con motivos de arte urbano-rural.
Hubo un tiempo en que Llucalari defendía Menorca contra todo invasor, sin haber disparado ni un solo proyectil, fuera por los cañones Vickers o por la okupación pacifista. Ahora nadie defiende Llucalari de la rapiña y se entrega la Isla sin luchar.
J Carlos García Reyes
Historiador
Mahón