El MENORCA del 13 de abril confirma en titular lo que todos, menos el Ayuntamiento de Ciutadella, esperábamos: «El Ministerio no prevé construir ningún nuevo Juzgado en Ciutadella». El actual Consistorio pospone sine die el uso cultural de Can Saura mediante el contrato de alquiler firmado con el Ministerio de Justicia para ubicar, en el emblemático edificio, los Juzgados de Ciutadella, en contra de gran parte de la población, que anhelaba que el palacio fuera destinado a uso cultural y museo; objetivos que motivaron su compra y su posterior rehabilitación para destinarlo a estos fines.
Es a todas luces evidente que el ganador de la partida es el Ministerio de Justicia que se hace con un edificio carismático en el corazón del casco histórico de la ciudad con una inversión mínima. Si los Juzgados se hubieran construido en los terrenos cedidos por el Ayuntamiento para tal fin, la ciudad se hubiera beneficiado de una inversión estatal, mientras que con la decisión tomada, la gran inversión realizada en el año 2000 por el Ayuntamiento, como las posteriores obras de acondicionamiento del edificio como museo con una inversión pública que según la misma fuente supera los 6 millones de euros, queda a merced del Ministerio de Justicia que ocupa desde hace 14 años la segunda planta del edificio de Correos, con un contrato de alquiler firmado para 4 años. Como agravante de esta impopular medida, el Ayuntamiento firma el contrato de cesión del edificio dos meses antes de las elecciones municipales, impidiendo que los políticos de la siguiente legislatura pudieran replantearse un gran proyecto cultural tomado con interés y ganas.
Mientras tanto el Museo Municipal de Ciutadella, incumpliendo flagrantemente la normativa de accesibilidad que el mismo Ayuntamiento exige para la apertura de cualquier pequeño comercio, languidece sin ningún tipo de inversión ni iniciativa manteniendo el único Bastión completo de la que fue Muralla de Ciutadella en unas condiciones deplorables. Y esto es lo que hay hasta no se sabe cuando.
La culpa de esta decisión se achaca a la tan cacareada crisis, aunque esto también se puede matizar. Hace poco se ha publicado el dato que indica que la inversión en Cultura por parte del Govern balear es la más baja de todas las Comunidades Autónomas, concretamente la mitad de la media nacional. Por otra parte la financiación de nuestra comunidad es a todas luces desfavorable y esta evidencia se prolonga a través de las legislaturas sin que se pueda conseguir un acuerdo más justo. La verdadera lucha de nuestros políticos está en cambiar estos dos parámetros que ahogan la cultura balear. No hay más que darse una vuelta por la Península y comprobar que hay excelentes inversiones culturales en lugares que ni de lejos tienen la importancia histórica ni monumental de nuestra milenaria Ciutadella, declarada Conjunto Histórico-Artístico hace cincuenta años.
Parece que sin salir del ámbito insular y capeando la misma crisis, otros municipios han tenido la fuerza y la visión de futuro para invertir en cultura buscando la financiación adecuada. En Mahón parece que corren otros aires, acaban de inaugurar su flamante Centre d'Art i d'Història Hernández Sanz, el Museo Naval en Illa Pinto parece que va con viento favorable y la Illa del Rei también se plantea una iniciativa similar. Es Castell luce flamantes sus dos molinos restaurados mientras el señero Molí des Comte, amputado, espera paciente un trasplante de aspas que no acaba de llegar.
Yo invito a las personas con aspiraciones a ocupar cargos políticos en las próximas elecciones municipales y autonómicas, a hacer una reflexión sobre la importancia de la implicación, la ilusión y la decisión como cualidades imprescindibles para conseguir objetivos.