La crisis económica de finales de la década pasada que aún arrastramos no se pudo prever. O sí. Me explico. La crisis financiera fue protagonizada en primer lugar por EEUU al financiarse su economía a través de unos créditos o subprimes extraordinariamente insolventes, cuyo funcionamiento desconocían incluso los mandos intermedios de la banca de primer nivel estadounidense (no digamos ya los miembros de sus respectivos consejos de administración). Como consecuencia casi inmediata al inicio de la crisis se produjo la fallida de Lehman Brothers, una institución financiera de importantísima relevancia durante décadas y el rescate bancario de la reserva federal americana a la banca (inaudito en un país de extremado carácter no intervencionista).
Fue el inicio de una crisis global inesperada. ¿Pero qué pasó en nuestro país? Nuestra crisis económica se vio agravada por la burbuja inmobiliaria que todos conocíamos pero que el gobierno Zapatero no fue capaz de regular oportunamente. Evidentemente el gobierno de Zapatero, como el resto del mundo, no pudo prever la magnitud de la incipiente crisis económica pero eso no le exculpa de no impulsar medidas para estabilización del mercado inmobiliario.
Entonces llegó Rajoy al gobierno con una serie de iniciativas para contener el déficit del Estado (en mi opinión totalmente necesarias), para contener el gasto público y generar confianza en su solvencia económica (uno de los motivos por el cual se evitó un desastroso posible rescate de la UE).
Por otro lado si se le puede reprochar que los recortes económicos fueran aplicados a sectores como la educación, la sanidad y las prestaciones sociales. Por ejemplo se podría haber reformado un inútil Senado, verdadero cementerio de elefantes políticos con honrosas excepciones y multitud de gastos en mi humilde opinión totalmente superfluos. Creo que se puede crear más empleo durante estos años y creo que a pesar de encontrarse un país al borde del rescate, el país económicamente mejoró. Y es en esta legislatura cuando por fin se hubiese podido destinar más recursos a esos sectores de los que ya he escrito. Tema aparte es el de la corrupción bochornosa e indecente pero ya escribiré sobre ello en otra ocasión.