Als des bar s'Oficina, despatx de no fer res, bar de barriada, multiétnico, montparnasse ciutadellenc, se habla de todo un poco. ¿De qué? De lo mismo, siempre de los mismo: del Barça, del sexo de los ángeles y del de alguien más, y ahora, en lo reciente, también del culebrón del Palau Saura, que parece no tener fin.
¡No cabe duda, todo se andará! Lo único bueno que tienen las obras de la administración es que como se pagan con el dinero de los contribuyentes no se terminan nunca y si no basta se añade un poco más y si aún no llega, pues un suplemento de nada. Pero no es ésta la cuestión a la que quiero referirme, sino solo el preludio del asunto al que quiero referirme. Lo que me ocupa es la patrimonializacion de lo público por parte de la administración y voy a centrarme en el Palau Saura.
Si el Palau Saura se ha comprado con dinero público, eso es, de todos, se han ejecutado unas obras con el dinero de que es de todos y por tanto, la propiedad y sus mejoras son también de todos, no sería bueno - si el proyecto es aceptable- incorporar el patio interior al conjunto de los espacios públicos que disfrutan los ciudadanos para que también en este caso los pueda usar todo el mundo mundial? Evitaríamos así que sea solo patrimonio y usufructo de los que lo administran y se lo agencian.
¿Tendría más valor añadido una plaza o un patio? Me parece que este tipo de esponjamiento del casco antiguo no tiene por qué desmerecer el encanto del mismo, sino al contrario. Una plazoleta de esas dimensiones, ¡pues sí! Me parecería bien y a lo mejor aprovecharíamos la fachada posterior del Palau para recrear la estética. No creo que nadie debiera esconderse tras la excusa del valor etnólogico de los cantons de la pared de cierre para evitar esta oportunidad que se nos brinda de mejorar el entorno y dar al pueblo lo que es del pueblo.
Las intervenciones suaves con retoques y mejoras- poc a poc- en los espacios con historia me parecen un buen camino frente a los dudosos proyectos totales de nueva planta como por ejemplo la Contramurada, que también era un espacio con historia y poco a poco lo han alterado, a peor, para vulgarizar lo que antes fue una avenida preciosa.En la mesa número 3, la de las guapas de las 11, me preguntan: «Quico, ¿pondrán un bar en la placeta?» No sé, no sé, pero estaría bien, contesto.
¡Uff!, ¡Vaya un problema urbanístico! Antiguo patio, nueva plaza, ordenanzas en curso, consultar PTI de 978 páginas, no sé, de verdad, no sé, supongo que dependerá de los informes...
Anirà per llarg!
Pajita p'al burro.
QUICO MOLL
Arquitecte l CIUTADELLA