Recientemente ha aparecido en Es Castell un folleto – «Es Primer Sol»- publicado por una empresa privada en nombre del equipo de gobierno municipal y que pagamos todos los ciudadanos. Estoy muy a favor de que nuestro pueblo tenga un medio de información que dé a los ciudadanos una herramienta para conocer el funcionamiento de su casa consistorial, que sirva para estimular la cohesión social como pueblo y sea un altavoz representativo de la pluralidad de opiniones de nuestra sociedad.
Estoy seguro que muchos ciudadanos estarán de acuerdo conmigo si digo que Es Castell es un pueblo que tiene muchos retos por delante y, cuando digo retos, me refiero sobre todo a sentir y fomentar la conciencia de participación ciudadana en los asuntos locales, nuestra unidad como pueblo. Si queremos progresar debemos estar bien informados para poder debatir y sentirnos partícipes en la construcción de un Es Castell con objetivos a corto, medio y largo plazo.
De nada sirve tener una revista que se mira el ombligo en una autocomplacencia partidista que no aporta nada más que ser un panfleto de cosas sabidas y resabidas. Hay que mirar hacia el futuro, y eso implica tratar los temas candentes y vivos de nuestro pueblo, como por ejemplo, el tema del agua – nuevas tarifas, medidas de ahorro y regeneración de pozos -; dar a conocer los portales de transparencia o la planificación y presupuestos en servicios sociales culturales y de juventud, informar sobre urbanismo – p.e. nueva gasolinera en Son Vilar –, fomentar la Agenda 21 local o la cultura del deporte…
La desafección y el escepticismo ciudadanos vienen dados por esas actitudes que van de sobradas. Los que ejercemos de políticos deberíamos practicar la escucha y fomentar la confianza con un lenguaje claro y plural. No entiendo esas prisas por publicar este folleto, no entiendo ese afán de protagonismo y lucimiento cuando nuestro ayuntamiento debe obligarse a dar a conocer proyectos, ideas y presupuestos para que la gente los hable, los comente, opine libremente y ejecute.
«Es Primer Sol» ha salido con muchos nubarrones y tiene mucha apariencia de querer ser como esas revistas del corazón en que todo es de color de rosa. Decepcionante y triste comprobar la falta de diálogo cuando ya se advirtió en su momento. Ahora parece que «nos van a dejar» publicar algo, como si nos hicieran un favor. De nada… por nada.