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Cartas del lector

Junts per Lô perjudica a todos los ciudadanos de Alaior

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Desde que el Partido Popular accedió al gobierno en el Ayuntamiento de Alaior, este municipio acostumbra a ser el primero de toda Menorca en presentar y llevar los presupuestos a aprobación. Orden y puntualidad en la gestión económica ha sido y es una premisa que sigue este equipo de gobierno. Con el propósito de poder aplicar el nuevo presupuesto a la llegada del nuevo año, y ciñéndonos al calendario que exige el proceso, el 2 de noviembre se presentó la propuesta económica para el año 2018. Son unos presupuestos que reflejan un bajada de impuestos a los ciudadanos por quinto año consecutivo, unas cuentas que presentan los resultados acumulados y progresivos de reducción de deuda y que proponen también interesantes proyectos para el futuro de nuestra localidad.

Los presupuestos se aprobaron inicialmente en la fecha señalada y pasaron a exposición pública. El período establecido es de un mes. Una hora antes de agotarse el plazo, a las 23 horas, la portavoz del grupo Junts per Lô, María Camps, en plena nocturnidad registró un recurso de reposición contra los presupuestos que, por otra parte no han tenido ninguna alegación ni individual ni de colectivo ninguno. El grupo en la oposición argumentó para ello que la documentación de una parte, ciertamente ínfima, del presupuesto no la habían recibido a tiempo, por escasas horas de diferencia. Junts per Lô se tomó un mes completo y, como se ha dicho, a falta de una hora presentaba el recurso.

No hay nada casual. El grupo de la oposición ha puesto todo su empeño en evitar que los presupuestos lleguen puntualmente. Todo el esfuerzo volcado en entorpecer y retrasar la labor municipal, sin reparar en los perjuicios que su actitud puede provocar a los ciudadanos. No han conseguido sino evitar que sean de aplicación el 1 de enero. Sólo por un defecto de forma absolutamente subsanable, como de hecho se ha corregido ya con una nueva aprobación del conjunto de presupuestos.

Es un absurdo que Junts per Lô cree situaciones de tan extremada intransigencia creyendo haber encontrado un filón a explotar con relación a una plaza de personal eventual. Una plaza, una posibilidad legal que no tenía nada de malo cuando procuró la contratación de un cargo de confianza en el último gobierno de izquierda, de PSOE-EM, de infausta memoria y gran ruina.

Siempre igual. Tan rigoristas, tan por encima del mal y del bien, tan demagogos, tan incoherentes. ¿Será que en otras instituciones, que gobiernan sus afines, no se producen contratos de este tipo, permitidos por ley? ¿Será que no se han producido en los últimos meses, sin que por ello se haya levantado una polvareda de escándalo?

Existe una clara y evidente doble moral y hasta mala fe en la oposición de Alaior, una oposición basada en ataques personales y en paralizar el funcionamiento de la administración local como hemos visto durante el último año.

Todo esto no deja de ser una campaña de humo para esconder la falta de proyecto de Junts per Lô e intentar diluir la buena marcha del Ayuntamiento de Alaior: hay que destacarlo, bajan los impuestos y se reduce la deuda, al cierre del ejercicio presupuestario de 2018, que los de Junts han querido entorpecer, la deuda se situará por debajo de 3,6 millones de euros y era de 17,8 millones de euros cuando el Grupo Popular accedió al gobierno municipal de Alaior.

Es realmente triste que Junts per Lô muestre una postura tan poco colaborativa. En vez de realizar propuestas positivas pone palos en las ruedas continuamente. En el pleno de noviembre vimos cómo se negaban a dar apoyo a sendas mociones del equipo de gobierno del Partido Popular que pedía apoyo a las familias afectadas por los problemas del Transporte Escolar Adaptado, o cómo votaban en contra de pedir que se paralice el decretazo del Govern que obligará al profesional sanitario a tener estudios de catalán, por cierto, algo denunciado también por el gerente del Hospital Mateu Orfila, el exalcalde de Alaior Antoni Gómez Arbona. Pero claro, ya se ve, hasta qué punto se pliegan a los designios de una fuerza minoritaria pero mandamás, reiteradamente envuelta en escándalos y bloqueando la gestión de todo un Govern.

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