A lo largo de la historia, ha habido muchos ejemplos de instituciones y formas de gobernar que han tenido tanto poder que han desaparecido. El imperio romano o la monarquía francesa son unos ejemplos de ello.
La corrupción, una gestión laxa y el exceso de impuestos que asfixian a todo un pueblo son las principales razones.
La historia se repite constantemente. Desde el imperio romano, hemos evolucionado, pero muy poco. Ya no se ve con buenos ojos ir a la plaza pública a que guillotinen a un ciudadano.
Pero, el abuso de poder, la falta de empatía y de reciprocidad perduran.
En 2023, al Ayuntamiento de Sant Lluís le parece imposible añadir buzones de correos nuevos en una urbanización porque, claro, la culpa es de Correos. Se ve que es imposible llegar a un acuerdo. Demasiado complicado, demasiado trabajo.
Tampoco parece posible aportar ayuda a una vecina que está literalmente invadida por los gatos salvajes. La razón de la institución «no hay medios y me voy de vacaciones hasta febrero». Solución: suéltalo por allí y no les des de comer.
Allí es cuando empieza la decadencia de una sociedad: cuando las personas que representan las instituciones se toman el tiempo de ir a desayunar y no de solucionar los problemas reales de la gente común.
Eso sí, paga tus impuestos, y, sobre todo, cállate.