Hoy como tantos otros días, me he levantado y al realizar un gesto tan simple y cotidiano como el de abrir un grifo, he sentido como otras veces, lo fácil que nos resulta tener agua limpia y potable para nuestro consumo con ese simple movimiento.
El agua es sabido por todos, es fuente de vida y sin ella no podríamos vivir, su falta, su ausencia seria causa de nuestra muerte, como puede serlo y es en otros países y continentes de este planeta como África.
Hoy, existe sin duda alguna, un cambio climático, y las sequías cada vez son más frecuentes. La agricultura, la ganadería el ser humano necesita este rico y preciado elemento para subsistir. Sin agua, no hay vida.
«Se pronostica que la escasez de agua en África alcanzará niveles peligrosamente altos para 2025. Se estima que alrededor de dos tercios de la población mundial podría sufrir escasez de agua dulce para 2025.»
Un pequeño gesto por nuestra parte del hecho de tomar conciencia de esta realidad es el de no derrochar gota alguna, por respeto, por empatía, por protección de nuestro medio ambiente y de nuestro planeta.
«Esta sequía está acabando con todo poco a poco», afirma Mahmoud. «Primero acabó con la tierra y los pastos y luego con los animales que se fueron debilitando poco a poco hasta que murieron. Dentro de poco acabará con la gente. La gente padece gripe, diarrea y sarampión. Si no consiguen alimentos, agua potable y medicinas, acabarán muriendo como sus animales».
Esa gran escasez de agua se encuentra en lugares remotos ni oídos, ni conocidos por nosotros. Somos muy afortunados de poder disponer de este elemento tan necesario para la vida, recordemos, seamos conscientes de no derrocharlo.
Recuerdo en una charla con un amigo hace años ya, en donde comentamos que las futuras posibles guerras, mas allá de las habidas, serían por las luchas del control del agua. Esperemos que fuera una gran equivocación por nuestra parte.