La victoria de las opciones independentistas en Catalunya es clara con 72 diputados, entre Junts pel Sí y la CUP, cuatro más de los necesarios para la mayoría absoluta. Con este resultado, estos grupos se consideran legitimados para avanzar en el proyecto de separación de España, a pesar de que no representan la mayoría de los votos, ya que el 52 por ciento de los votantes se han decantado por las opciones que no apuestan por la independencia de Catalunya. Los vencedores deben valorar las consecuencias de caminar hacia la independencia con el porcentaje de votos que han obtenido.
Aunque desde Junts pel Sí se ha insistido en el carácter plebiscitario de las elecciones, realmente no es así. Queda la duda de cuál sería el resultado en un referéndum por la independencia, que reclamaron estas mismas fuerzas y el Estado nunca ha permitido.
La voz de Catalunya se ha expresado con más claridad que nunca debido a la alta participación.
El resultado electoral de ayer no es una declaración de independencia. No va a ser fácil abrir un diálogo entre posiciones tan distanciadas, pero los políticos han de estar a la altura de este reto histórico.