El Rey ha encargado al candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, que logre ser investido presidente del Gobierno como líder de la formación que más votos y escaños obtuvo en la elecciones del 26 de junio. Para conseguirlo, precisará una gran dosis de diálogo porque, en solitario, el PP carece de la mayoría necesaria. El candidato Rajoy reclama un «tiempo razonable» para aproximar posturas, obtener la investidura y evitar unas terceras elecciones, única cuestión en la que coinciden los partidos en España.
Desde la noche del 26-J se han diluido las expectativas de la reelección de Rajoy, porque Ciudadanos no rebaja -aunque matiza y acepta la abstención- sus exigencias, y el PSOE sigue inamovible en su negativa. El margen de maniobra del PP es muy estrecho, por lo que Rajoy debe dar muestras de flexibilidad, generosidad y capacidad de pacto. El Gobierno de España se encuentra en funciones desde diciembre pasado y no hay visos de que esta interinidad vaya a cerrarse de inmediato, lo que deja en evidencia a los líderes políticos. Todos deben apartar la vista sobre análisis cortoplacistas para desencallar este largo e incomprensible colapso institucional.