La propuesta sobre la que trabaja la Conselleria de Vivienda y Movilidad, subvencionar el transporte público a cambio de la baja del vehículo privado, corre el riesgo de quedarse como una iniciativa fracasada si no se enmarca en un plan mucho más global. Resolver el problema de la saturación de tráfico en la red viaria de Balears requiere iniciativas sólidas y eficaces, las cuales pasan por ofrecer una alternativa eficaz al uso del coche particular. Obviar este punto de partida sitúa en el rango de las ocurrencias más o menos vistosas este tipo de planteamientos. Con el parque móvil más elevado de España, en relación con el número de habitantes, los ciudadanos de las Islas reclaman ya soluciones urgentes.
Las limitaciones de este servicio público esencial han generado en Menorca la ausencia de una mayor cultura sobre el uso del transporte colectivo, una tarea que se debe iniciar desde los mismos cimientos. Y no con meros ejercicios de voluntarismo. Los ciudadanos se acercarán a autocares o autobuses urbanos en la medida que resuelvan, de manera eficaz, sus necesidades de movilidad. Esta es la cuestión esencial a abordar, y para ello se precisan ideas, pero también financiación para llevarlas a cabo.