Cuando el Hospital Mateu Orfila alcanza los 25 ingresados por la covid, la cifra más alta de la pandemia en la Isla, los menorquines asisten -atónitos y preocupados- al conflicto que desde hace siete días enfrenta al gerente del IB-Salut en Menorca, Romà Julià, con el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos, Ramón Fernández-Cid. Ayer se vivieron nuevos capítulos de esta crisis que acentuaron el distanciamiento entre estos dos médicos mientras siguen las movilizaciones. Todo apunta al cese de quien ha dirigido la UCI durante los últimos años con una gestión que ha obtenido numerosos apoyos. Pero el doctor Fernández-Cid no quiso aceptar el documento que le puso sobre la mesa el doctor Julià. La discrepancia se centra en la nueva fórmula de gestión que quiere aplicar el gerente en este servicio tan sensible del Mateu Orfila. «No tengo ningún inconveniente en firmar si me dice cuál es el modelo que tengo que aplicar; quiere que firme un cheque en blanco», declaró el jefe de la UCI. A todo esto persiste el clamoroso silencio de la consellera de Salud, Patricia Gómez, que no quiere intervenir. ¿En qué consiste este nuevo modelo de gestión en la UCI y qué mejoras aportará
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