Pedro Sánchez encargó a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la dirección de la política energética de España que se ha transformado en un problema para el Gobierno PSOE-Unidas Podemos por el encarecimiento del precio de la luz, junto con la subida de los carburantes en un escenario de inflación. Sánchez anunció el sábado que bajará el IVA de la electricidad del 10 al 5 por ciento. Una decisión que supone una enmienda a la ministra Ribera, quien hace dos semanas calificó de «insuficiente y cosmética» esta reducción de impuestos propuesta por el Partido Popular. Al mismo tiempo, el Gobierno da marcha atrás a la tramitación del Fondo de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico que puede bajar la luz, pero encarece los carburantes entre 7 y 8 céntimos el litro. Ribera cuenta como jefe de gabinete con el menorquín Marc Pons, que entró en la ejecutiva federal del PSOE tras el último congreso y hoy es el secretario para la Transición Ecológica Justa. La reducción del IVA de la luz, rechazada por Ribera; los pobres resultados del plan con la UE para bajar el precio de la luz; y la suspensión de dos leyes promovidas desde este ministerio ponen en el disparadero a su titular y al jefe de gabinete. La ministra en el Gobierno y Pons en el partido han de gestionar con eficacia la política energética.
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