Balears ha sido la comunidad donde se ha registrado la mayor caída de la tasa de paro en mayo, con un 7,13 por ciento frente a la media estatal del 1,7 por ciento. El dato confirma lo excepcional del 2023, punto de partida para el fin de la crisis generada por la pandemia y que tiene en el sector turístico su principal activo. El impacto en las Islas pulveriza los registros en materia de afiliación a la Seguridad Social y niveles de ocupación, lo que lleva a afirmar al conseller de Trabajo, Iago Negueruela, que se ha alcanzado el pleno empleo a pesar de que 28.800 personas todavía buscaban trabajo. Balears se ha convertido en un destino de moda y casi sin rivales en todo el Mediterráneo.
Este escenario, sin embargo, también genera consecuencias negativas que es preciso abordar. En pocas semanas se producirá el relevo en la responsabilidad política al frente de las principales instituciones de las Islas, las cuales tienen en sus manos la capacidad de guiar la orientación de nuestra economía. Es el momento de evitar quedar deslumbrados por una situación que es coyuntural, por beneficiosa que pueda ser a corto plazo. Un modelo económico sostenible para Balears es un tema que está sobre la mesa, pendiente de ser abordado con rigor y resuelto con amplio consenso social. Hay que evitar lamentar en el futuro errores que pueden ser corregidos ahora.