Excepto el reproche institucional contra Gabriel Le Senne por haber denunciado en el Juzgado la colocación de la bandera LGTBI en la fachada del Parlament, el pleno de la Cámara autonómica evidenció la nueva etapa que han abierto el PP y Vox. Empezó la semana pasada cuando los populares no apoyaron la destitución de Le Senne, reclamada por la izquierda. El Govern Prohens, en situación de minoría parlamentaria -al igual que el Gobierno de Pedro Sánchez- quiere evitar nuevas tensiones con Vox, a pesar de la ruptura unilateral de los pactos autonómicos entre ambas formaciones anunciada por Santiago Abascal el 11 de julio.
Prohens, que ya eludió la entrada de Vox en el Consell de Govern, es consciente de su situación y apuesta por mayorías variables, lo que implica intentar acuerdos con todos los partidos con representación parlamentaria. La primera opción para el PP balear es Vox a partir del pacto con 110 puntos suscrito en junio de 2023 que posibilitó la investidura simultánea de Prohens y la elección de Le Senne. La presidenta del Govern y del PP-Balears, que demuestra su astucia y habilidad, aspira, blindado Le Senne, a una pax romana con Vox. Un periodo de estabilidad para aprobar la Ley de Presupuestos y evitar más incertidumbres. Surgirán problemas, pero Prohens marca la estrategia a seguir y a aplicar.