El Parlament balear vivió ayer un episodio lamentable. Vox aprobó una propuesta del PSIB-PSOE que limita la maniobrabilidad presupuestaria del Govern Prohens, con 400 millones menos para invertir. A este bloqueo de la izquierda y la extrema derecha cabe añadir complicaciones sustanciales para la ejecución de 300 millones de la ecotasa. Es un misil a la línea de flotación del Ejecutivo, pero también un daño difícilmente reparable a la ciudadanía. Un veto a inversiones en transporte público, vivienda e infraestructuras. El PSOE se podrá jactar de poner a Prohens contra las cuerdas, pero a un precio difícilmente justificable. Desde una perspectiva ideológica, su pacto con Vox es una abominación y desde una óptica política no es fácil justificar que Balears no podrá invertir en vivienda asequible al haber lanzado a la lona a Prohens. Tampoco se entiende que en una sesión donde debía votarse la ley de polígonos se aprueben propuestas que dinamitan las reglas presupuestarias de este año. De Vox se puede esperar cualquier cosa. Es un partido antisistema que al mismo tiempo se aprovecha del sistema, pero al PSIB-PSOE se le suponía más altura. Su obligación, como cualquier otra formación de la oposición, es criticar, auditar y cuestionar la labor del Govern, pero otra cosa es volarlo todo por los aires.
El pacto del PSOE con Vox para poner a Prohens contra las cuerdas
Editorial | Menorca |