El nuevo convenio de hostelería de Balears sigue en vía muerta. Encallado y poblado de interrogantes. Patronal y sindicatos protagonizan un escenario de desacuerdos cuando ya ha empezado la temporada turística. Todos los encuentros se han cerrado sin avances, aunque ayer el anuncio de movilizaciones por parte de UGT, que cuenta con diez representantes en la mesa de negociación, ha enrarecido más este proceso estratégico para la economía de Balears. La iniciativa de UGT parece ir más encaminada a provocar dudas y fricciones entre los hoteleros que a cualquier otra cosa. El órdago de UGT, sujeto a todo tipo de interpretaciones, también ha dejado al descubierto un aspecto sustancial: la fractura entre los propios sindicatos. Su anuncio ha sorprendido a Comisiones Obreras, que no ha ocultado su sorpresa ante esta actitud unilateral.
Entre frases hechas y la preocupación del sector por el mensaje que pueda trasladarse a los mercados emisores, una única cuestión envuelve la negociación y es estrictamente salarial. Los sindicatos reclaman un incremento del 19 por cien en tres años y la patronal, de momento, no sobrepasar el 8’5 por cien y recuerda que las últimas subidas han sido relevantes. Es un hecho evidente, tanto como que no debería confundirse la conquista de nuevos logros con la irresponsabilidad.