Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han irrumpido en la sede del PSOE y el Ministerio de Transportes para clonar correos electrónicos de Santos Cerdán y José Luis Ábalos. Una acción ordenada por el magistrado del Supremo Leopoldo Puente, que instruye la causa del ‘caso Koldo’ por corrupción, que ya ha imputado a Santos Cerdán. Los investigadores estrechan el cerco sobre estos políticos y a nadie se le escapa el simbolismo de la entrada policial en la histórica sede socialista. Ya se apunta una nueva pieza por financiación ilegal del PSOE, lo que pondría en más aprietos a Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno se niega a adelantar elecciones y dice que son casos de corrupción concretos. Pero la unidad de élite de la Guardia Civil también se personó en la Adif y la Dirección General de Carreteras para requerir información sobre once adjudicaciones bajo sospecha. En este clima de máxima tensión, Ábalos y Santos Cerdán representan lo peor de la política. El daño que provocan en la credibilidad del PSOE es enorme y es incomprensible que nadie estuviera al tanto de sus fechorías. El gran problema para Pedro Sánchez es que el ‘caso Koldo’ no ha acabado y desconocemos, también él, cómo terminará y cuál será su impacto final para el propio Sánchez y el PSOE en conjunto. ¿Está lo peor aún por venir?