La Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua, que dirige el menorquín Juan Manuel Lafuente, declaró ayer la urgencia para llevar a cabo la conexión de la desaladora de Ciutadella a los pozos y depósitos municipales de Es Caragolí.
El objetivo de esta actuación consiste en reducir las extracciones en los pozos sobreexplotados del municipio y promover la restitución de los acuíferos afectados.
Unas obras, largamente demandadas, presupuestadas en 7.5 millones de euros, que se financiarán con el Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) y un plazo de ejecución de ocho meses durante dos anualidades. Consiste en la construcción de una tubería de más de siete kilómetros de trazado que prolongará la ya ejecutada para conectar la desalinizadora de Rafal Amagat con Es Caragolí. Esta obra permitirá suministrar agua desalada al núcleo urbano y reducir la presión sobre unos acuíferos que presentan sobreexplotación e intrusión marina desde hace años. También se conseguirá un mejor aprovechamiento de la desaladora. El Ayuntamiento deberá sustituir el 45 por ciento del agua que extrae de los pozos por agua desalada o regenerada. Esto implica doblar la cantidad de agua desalada que compra Ciutadella al Abaqua. Unas obras imprescindibles que se han demorado desde hace demsasiados años.