1. ¡Es mi vida! Está en tus manos
La Jornada por la Vida del 25 de marzo viene revestida este año de una peculiar significación ya que coincide con la aprobación de la nueva ley del aborto. Las gravísimas implicaciones morales negativas de la nueva ley han sido claramente denunciadas en la Declaración de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal titulada: "Atentar contra la vida de los que van a nacer convertido en derecho"1, que la Asamblea Plenaria ha hecho expresamente propia en su reunión de noviembre de 2009. Recomendamos encarecidamente su lectura.
El triste retroceso que la nueva legislación supone en la tutela del derecho a la vida no debe llevarnos al desánimo. El debate público que se ha suscitado en los últimos meses; los testimonios a favor de la vida en diversos ámbitos científicos, culturales, jurídicos, religiosos y sociales; las múltiples iniciativas por parte de diversas instituciones que se han movilizado masivamente en defensa de la vida del niño que va a nacer, las propuestas cada vez más numerosas de apoyo a la mujer embarazada y, sobre todo, la confianza en Dios, Señor y dador de Vida, nos hacen afrontar el futuro con una gran esperanza. Por ello, invitamos a todos los miembros de la Iglesia a intensificar su testimonio a favor del Evangelio de la vida y a trabajar en la formación de las conciencias.
Con el lema ¡Es mi vida! Está en tus manos, y en continuación con la campaña del año anterior se quiere dar voz a los que no tienen voz reclamando el derecho de los que van a nacer a que su vida sea protegida. Pretendemos resaltar también la responsabilidad que está en las manos de todos, y no sólo de los padres, de asegurar el derecho primero y más fundamental que es el del ser humano concebido. En esta responsabilidad compartida, la Iglesia siente la necesidad de ayudar y acompañar a los padres que experimentan angustia ante la noticia de un embarazo.
Por eso invitamos a todos los fieles católicos a transmitir una clara esperanza a los padres con dificultades para que sepan que no están solos y que en la Iglesia siempre encontrarán un hogar que les acoge.
2. La Iglesia, hogar que acoge y acompaña
"Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él", 1Co 12,26. Con estas palabras, san Pablo nos muestra la fuerza del vínculo que une a los miembros de la Iglesia en el único cuerpo de Cristo. El amor de Dios, manifestado en la entrega esponsal de Cristo en la cruz y donado por medio del Espíritu Santo, ha fundado una nueva comunión que es la Iglesia, familia de hijos de Dios. El dinamismo de la caridad construye la unidad entre los miembros de la Iglesia, es impulso para que todos podamos vivir entregando la propia vida a imagen de Cristo y es fuente de luz para reconocer en el otro a «alguien que me pertenece». Por ello, el sufrimiento de los padres que padecen dificultades para tener a sus hijos es un compartido por toda la Iglesia.
Como se lee en la Declaración citada, las dificultades que empujan a algunas mujeres a plantearse el aborto lo que reclama no son «sobres cerrados», como ofrece la nueva ley, sino "corazones abiertos que les presten el apoyo humano que necesiten para no equivocarse quitando la vida a un hijo y destrozando la propia"2. Las madres requieren, por lo tanto, un hogar que les acompañe en el amor y les ayude para recibir el don más precioso y sagrado: la vida de sus hijos. Y este hogar lo pueden encontrar en la Iglesia.
"Agradecemos la dedicación de tantas personas que, en un número cada vez mayor de instituciones eclesiales o civiles, se dedican a prestar su apoyo personal a las mujeres gestantes. Es una alegría el testimonio de tantas madres y padres, que gracias a la ayuda recibida, han decidido por fin a acoger a sus hijos, reconociendo en ellos un don inestimable que trae luz y sentido a sus vidas"3.
En la Jornada por la Vida, queremos invitar a todos los miembros de la Iglesia a unirse a este agradecimiento, a orar y apoyar a tantos hermanos nuestros que trabajan para defender la vida humana y ayudar a los padres con dificultades. En este sentido, pedimos a los católicos que den a conocer las instituciones que ofrecen apoyo integral a las mujeres gestantes. Como ayuda para ello, presentamos un lugar específico en la página web de la Conferencia Episcopal Española: www.conferenciaepiscopal.es/apoyoalavida, con una amplia relación de instituciones donde pueden acudir los padres y las mujeres que se sienten solas ante la grave decisión de abortar.
Confiamos los frutos de esta Jornada a la intercesión poderosa de santa María. Ella es la mujer que mejor ha comprendido la belleza de la maternidad y ha mantenido la esperanza en los momentos de sufrimiento apoyada en el Amor fiel de Dios que guiaba su vida. Que Nuestra Señora acompañe los trabajos en defensa de la vida de tantas personas e ilumine a todas las madres para que reconozcan en sus hijos que van a nacer el bien que puede llenar de alegría y plenitud sus vidas.
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Notas.
1 Cf. Conferencia Episcopal Española, CCXIII Comisión Permanente, Declaración sobre el Anteproyecto de «Ley del aborto»: atentar contra la vida de los que van a nacer, convertido en «derecho». (17 de Junio de 2009)
2 Ibíd, n.16
3 Ibíd, n.19