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Asseguts a sa vorera

Mafia telefónica

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Hay Ying y Yang. Blanco y negro. Norte y sur. Y yo, no iba a ser menos. Aunque tenga cara de gili-tonto en la foto que acompaña a estas palabras, la verdad es que también tengo un archienemigo. No soy muy original, al respecto. Me frustran las compañías telefónicas y su servicio de atención al cliente. Son odiosas. Les deseo lo peor. Y lo triste es que no puedo decir nombres porque como controlan el mundo, lo mismo mañana me despierto con un pijama de madera, ataúd para los que no compartimos jerga de la Mafia, o buceando con unas zapatillas de cemento, otra práctica habitual entre la Cosa Nostra.

Me revienta cuando me llaman para ofrecerme un 'maravilloso' cambio de operador. Porque en esos casos me pregunto para qué tengo alarma en el móvil si los 'burroimbéciles' estos llaman a la hora de la siesta. Al principio me indignaba porque no podía hacer nada al respecto. Pero con el paso del tiempo he ido diseñando mis tácticas de guerra que hacen que la batalla sea justa. Por ejemplo:

Dependiendo del horario en el que me llaman, me cogen de mejor o peor humor. Después de comer suelo ser bastante "pillo" y les suelto una perla tipo: "Disculpe señorita para mi seguridad y la de los míos, esta llamada va a ser grabada y todo lo que diga puede ser utilizado en su contra ante un tribunal. Tiene derecho a consultar a un abogado y/o a tener a uno presente cuando sea interrogado por la policía. Si no puede contratarlo, le será designado uno para representarlo". Ahí se acojonan. Y cuelgan. Mini-punto para el equipo de Dino.

Si me enganchan en horario laboral, suelo ser más dócil. Opto por repetirle en forma de pregunta todo lo que él o ella me dice. En algunos individuos el cociente intelectual se marchó con otro "idioto" y los dejó tirados por lo que la conversación cae en un bucle que parece no tener fin, hasta que uno de los dos suele ceder. En todo caso, mini-punto para el equipo de Dino.

Otra medida que suelo frecuentar es la de descolgar y decirles "un momentito, por favor". Evidentemente ese momentito acaba siendo un momentazo, por lo que cuando cojo el auricular ya han colgado, supongo que por aburrimiento.

Ahora se ha puesto de moda que te atienda un robot que malvive a base de "palabras clave". Pruebe con estas. "Telefónica, deje de hinchar las narices". Ups... Lo he dicho. Creo que me he metido en un marrón...

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