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Anecdotario automovilístico (20)

Gran peregrinación al Cabo de Caballería

Fornells años 20. Excursión procedente de Mahón - Archivo M. Caules

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Serían las brujas de la imprenta, ¿o acaso, los aparatos electrónicos?, que se saltaron a la torera la numeración de la semana pasada, que junto al titular debía encontrarse el 19, ya que 19 eran las semanas que aparecían anécdotas automovilísticas y que dicho sea de paso, con los mismos capítulos, falté a la palabra de mi apreciado director. Al empezar la historia, des cotxos a Menorca, quedé que tan sólo aparecerían unas semanas y, son tantas las noticias que voy capturando, que sería una pena las desperdiciara, dejándolas dins des calaix.

Una vez más, dispuesta a continuar con la Menorca de los años XX, urbanísticamente en expansión, su reordenación acorde con las nuevas tecnologías, no en vano en la entrada de la tienda de Rafael Roselló se continuaba hablando del codiciado proyecto del club motor, anhelando la llegada de excursionistas automovilísticos llegados de diferentes puntos de la península. Desde Mahón y con el vapor, salió el señor Andreu de s'elèctrica con su esposa y su flamante automóvil, un Citroën , comprado a Roselló, con la intención de recorrer el norte de España. Desde aquellas lejanas tierras no dejaba de escribir al señor Manent, director de "La Voz de Menorca", y al propio Roselló, alabando las excelencias de su coche, amén de las bellezas que iba descubriendo. El día que regresó, las barandillas o miradores al puerto se llenaron de gentes que fueron a recibirlo, dando la sensación de que llegaba el rey de España.

Todos hablaban del tema –motor–. Nuestro puerto era surcado por embarcaciones con ruidosas máquinas, que aliviaban a sus propietarios, olvidándose de los remos. Esto es un decir, ya que jamás los dejaban sobre el muelle, siendo embarcados, no fueran a sufrir una avería y no sabrían cómo regresar.

Mientras tanto, el Ateneo Mahonés organizaba excursiones, que se publicaban en la prensa, repartiéndose octavillas por las calles, e incluso se llegaban a formar bandos de la alcaldía, que el pueblo escuchaba con atención ansioso de poder participar, tanto que de ahí nació la unión de grupos, alquilando vehículos para disfrutar de las bellezas desconocidas hasta aquellos momentos. Anar a vega, era lo més polit del món.

Fue el 10 de mayo de 1927 cuando se dio a conocer lo que llamaron gran peregrinación al cabo de Caballería. Con el objeto principal de la excursión es la investigación de los monumentos megalíticos y prehistóricos de Menorca. Saliendo desde Mahón hacia Alayor, visitando la finca de Torralba del señor Salort, trasladándose después a San Juan de Carbonell, del mismo señor, y por tierra o por mar desde Fornells se trasladaran al Cabo de Caballería. La primera hora de salida de la plaza de la Constitución será a las seis y media de la mañana, los demás grupos saldrán y se harán sus propios itinerarios.

Todos los que tengan o puedan tener vehículo propio, pueden desde luego utilizarlo, pero los que no lo tengan encontrarán en Mahón ómnibus de pasajeros con tarifa especial de cinco céntimos el kilómetro, y así resulta:

Mahón - Mercadal, una peseta, diez céntimos. Mercadal - Fornells, cuarenta céntimos. Para dirigirse desde Mercadal al Cabo de Caballería, habrá en aquel pueblo coches que trasportaran excursionistas, a los precios siguientes:

Coches pequeños (3 pasajeros ida y vuelta) diez pesetas "dos duros". Coches grandes (12 pasajeros ida y vuelta) quince pesetas.

Si los coches no están completos, los pasajeros repartirán el importe por partes iguales entre los que los ocupan.

En la fonda de Fornells, del señor Burdó, se preparan menús, mediante aviso previo, eligiendo de la siguiente carta:

Servicio (cubiertos, servilletas, agua, etcétera), cincuenta céntimos. El kilo de pan, superior, una peseta. Litro de vino común del bueno, una peseta. Onza de mantequilla, treinta céntimos. Onza de aceitunas, veinte céntimos. Ración de entremeses (salchichón, queso, sardinas), veinte céntimos. Ración de langosta en caldera (400 gramos), cinco pesetas, "un duro". Media ración, dos pesetas cincuenta céntimos. Plato de dos huevos (pasados por agua), cincuenta céntimos. Ración de pollo al horno (cuatrocientos gramos). Media ración de pollo al horno al horno (doscientos gramos), setenta y cinco céntimos. Ración de verduras o fruta (cocida, ensalada), setenta y cinco céntimos. Café doble, cincuenta céntimos. Café sencillo, veinticinco céntimos. Refrescos. Cerveza, licores, tabaco, a precios económicos y corrientes.

Para los que quieran hacer la excursión marítima, se les advierte que los que quieran salir de Mahón al Cabo de Caballería contarán con dos botes a motor de quince y veinte pasajeros a tres pesetas ida y vuelta. Los que no utilicen la vuelta pagarán lo mismo. El viaje tardará unas cuatro horas.

Para los que desde Fornells quieran ir a Caballería, encontrarán botes para la travesía de ida a las diez horas, once y doce y, para el regreso a las 15, 16 y a las 17. El precio será por embarcación completa, diez pasajeros, diez pesetas.

Por embarcación grande completa, quince pasajeros, quince pesetas. Si van menor número, pagarán por partes iguales estos precios.

Mientras tanto, el Ayuntamiento mahonés continuaba con sus correcciones impuestas por esta alcaldía. Multa de diez pesetas a cada uno de los siguientes dueños de automóviles, por no haber acudido a la parada de Mahón a Villa Carlos, el día ocho del corriente mes: Matías Petrus Tudurí, automóvil número 9108; José Melis Sastre, automóvil número 300; Juan Díaz Victory, automóvil número 2257; Gabriel Lozano Quevedo, automóvil número 1168.

Multa de cinco pesetas a José Tadeo Martí, conductor de automóvil número 8366, que presta servicio en la parada de Mahón a San Luis, Victoriano Uris Canet por llevar el coche sin el correspondiente número de registro.

Junto a dicho comunicado, podía leerse el siguiente anuncio:

Art Studio-Hernando. Ciudadela. Ampliaciones a plazos desde una peseta semanal. Los trabajos de ampliación se hacen con los procedimientos más modernos: Negro, sepia, pastel, acuarelas, y aereograf.

La publicidad en la prensa continuaba anunciando diferentes marcas de coches, puestos de venta de gasolina, neumáticos, hasta que apareció un cuarto de página de la firma S.A. Zenker- Madrid. Calle Alcalá 33. Prestigiosa marca de chasis industriales marca Bussing, para camiones y omnibuses.

Construcción sólida. Motor de seis cilindros, en tres bloques desmontables, perfectamente equilibrado. Dos carburadores alimentando cada uno tres cilindros. Cambio de velocidades y trasmisiones extrafuertes para un trabajo constante y duro con el menor desgaste. Potente freno motor. Gran economía de combustible.

Según nota que guardo celosamente en el archivo de Gori, explica que esta marca, alemana, era la más antigua y más importante en la construcción de chasis para camiones y omnibuses. Más de veinticinco años de prácticas y estudios concienzudos eran el resultado, siendo los mejores del mercado, aventajando, i de molt, tots es demés.

Por aquellos días, falleció doña Juana Camps Quintana, esposa de Victoriano Seoane, celador del puerto de Mahón, que si no me equivoco, fue el abuelo paterno de mi siempre admirado historiador y en mi niñez vecino en Seoane des carrer de Sant Sebastià, enamorado de nuestra historia en todas sus facetas, de nuestro campo, en especial Trepucó; no en vano en su infancia va jugar molt per allà.

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