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ALGO MÁS DE LA CIUDAD DE MAHÓN Y SU PUERTO

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Continuó la charla con Bep es guapo, amigo de Gori y mío también. Nada tenía de extraño, que a pesar de nuestra diferencia de edad, mos avinguessin tant. Él, por ser escuchado con tanta atención y, yo encantada de poderlo escuchar, a la vez que poder tomar tanta información. Lo que no podía imaginar, publicarlo cincuenta años después en mi querido diario Menorca.

José, sentado sobre un cajón de madera, a modo de gran sillón, recalcó…

Si antes te he dicho que en Vila Nova vivían los más humildes, lo mismo puedo decirte de los vecinos de San José, incluso eran de condición més baixa. Tanto, que la mayoría de ellos, con el toque del Angelus, acudían a una gran cola que se formaba frente a la puerta del hospital civil, donde llenaban una olleta de terra para cada uno que allí se personaba. Recuerdo, que ataban un cordel de asa a asa, para poderla llevar sin dificultad. Amén del cucharón de lentejas, caldo, garbanzos, patatas o lo que fuera, entregaban un pan llamado chusco. Los que se daban por entendidos, coincidían que no era bo a menjar, mientras la mayoría se contentaba con aquel plato caliente, al que llamaban plat de cuera. Con este mismo nombre, se encontraban diferentes casas de comidas económicas, dedicadas exclusivamente a los llamados platos calientes, a base de …

¿Recuerda cuando se hizo el paseo de Isabel II?
Ya lo creo, y la que se armó para hacerlo. Primero se tuvieron que arrinconar infinidad de montañas de basura, una machacadora de obras públicas, fue picando infinidad de semanas todas las piedras, hi va haver un desgavell. Lo de la machacadora, fue más adelante, la primera vez que vi remodelar aquella gran explanada, la cosa fue diferente, todo se hizo a mano. En las orillas de la plaza, digamos alrededor, se encontraban hombres de todas las edades que todo el santo día iban picando piedras, convirtiéndolas en más pequeñas. También había niños en edad escolar, pero que sus padres se encontraban necesitados de un jornal. Los más aventajados cobraban una peseta diaria.

En realidad la ciudad necesitaba una remodelación. Las aguas iban a la calle, cuando hacia calor, eran foco de enfermedades. Fueron tiempos de epidemias y la gente se moría muy joven. Los tifus, difterias, sa pigota, hicieron enterrar a muchos jóvenes.

No se en que año debió ser, pero el alcalde, se llamaba, Juan Mercadal, lo recuerdo porque mi madre iba a limpiar a su casa, los martes y los sábados por la mañana. Gracias a él, se iniciaron los trámites para que Mahón, dispusiera de recogida de aguas residuales, otro de reparto que recogían en las diferentes fuentes que se encontraban rodant Maó. Fue por ello que aquel ayuntamiento se llamó, S´ajuntament des suscs. Todos conocían muy bien, el grito de…¡ Agua va ! . Las calles que estaban empedradas, formaban una especie de arroyo central, que iba a parar a sa fibla. Los mayores decían que aquel procedimiento, lo dejaron los árabes, el pueblo coincidía que nada tenía de higiénico, pero sí muy barato.

Miguel Carreras, maestro albañil, tuvo la feliz idea de alcantarillar la calle del Angel, donde residía, apoyado por sus vecinos, que vieron en aquella idea, un gran adelanto. Tras pedir permiso al consistorio, se les concedió, siendo pagado por cada uno de los usuarios, según metros de fachada.

Fueron los propios vecinos de las calles del Rosario y san Roque, interesados en aquel milagroso procedimiento que los libraba de los apestosos cubos d'aigües brutes. También fue el maestro Carreras, quien ejecutó las obras de alcantarillado, que condujo hasta la cloaca, que se encontraba cerca de la rectoría, de Santa María, bajando directamente hacia el puerto. Cometido que fue debatido y muy criticado, decantándose por los consabidos pous moures.

Todo era criticable, como lo fue en su día la resolución de la alcaldía de los carros des suscs; llevó mucho que hablar, tertulias, glosats y críticas a tanti vuleti … alegando no estaban dispuestos a guardar en sus hogares, las aguas sucias, hasta la llegada del carro que las recogía.

¿Cómo eran las calles?

Imagínate. Sin aceras, sin asfalto, tierra, rocas, piedras, sucias, llenas de basuras, todo se arrojaba fuera de la casa, con riachuelos de agua y no limpia…con gallinas, perros vagabundos, gatos, ratas… y con algo muy incómodo, las casas tenían unos peldaños altísimos.

¿Qué más recuerda?

Que las primeras aceras que vi construir, fueron en la calle del Cós de Gracia. Que el alcalde, mandaba el bando pregonando el máximo de limpieza por semana santa, principalmente por donde debía pasar la procesión.

¿Y el alumbrado?

Muy pobre, imagínate sentados junto a una luz de aceite. En invierno se hacían las veladas muy largas. Mi madre, al llegar de trabajar, decía… tal día habrá luna llena, lo que equivalía a tenir claretat.

Por la noche la gente no transitaba, se retiraba muy pronto. En invierno a las nueve con el toque de queda, en verano se alargaba una hora más.

¿Recuerda cuando se inició la electricidad?

Sí, pero antes nos habíamos alumbrado con petróleo, después llego la fábrica del gas y más tarde la de Fernandillo.

En aquel tiempo, la ciudad estaba dividida, los gasistas y los electricistas. La mayoría se conformaba y agradecía el alumbrado del gas, la luz estaba presente en las calles y en las casas también.

Recuerdo que junto a mis amigos, hacíamos mucha vida por "baixamar". De buena mañana intentábamos simular a los mayores que mariscaban a la vez que hacían vorera, con tal de poder llevar algo a casa .Otra cosa que también me alegraba, era cuando podía entregar un cesto con carbón a mi madre, para ello debía esperar la llegada del barco de hierro, con el cargamento de carbón para abastecer a toda clase de industrias, barcos, acuartelamientos y … los niños ayudábamos a recoger cuanto se desparramaba desde el barco hasta el almacén, barríamos la cubierta y pasarela del vapor, entre otras muchas cosas, lo íbamos depositando en una gran sarria, que más tarde los empleados se hacían cargo de la misma, de aquellos residuos, nos llenaban una cesta a cada uno de nosotros.

A veces, topaba con un anciano, que no debía serlo como aparentaba, ya que me decía había hecho el servicio con mi padre, demostrándome algo de aprecio, añadiéndome un bon raig més.

Y la comunicación con los pueblos, ¿qué tal?

Mal, si se tiene en cuenta que Mahón estaba rodeada de norias y molinos de viento. Para ir a san Luis, se iba por el camino de cementerio. Para dirigirse a san Clemente, se hacia a través del camino de ses vinyes, para dirigirse a

Llucmaçanes, por el de santa María. Y a Villacarlos por Biniatap. Eran muy estrechos, dando paso a una bístia.

¿Y el mercado?

El mercado y la pescadería, llegó en 1927, se inauguró antes de venir el rey, con motivo de la colocación de la primera piedra, del colegio de Sa Graduada.

La plaza Colón a la que las autoridades llamaban de Abastos y después se conoció como plaza Vieja. Tot aquell rodol se dedicaba a mercado, o sea, las calles del Angel, de la Iglesia y la del Rosario. Cuando se trasladó a la del Claustro, donde se encontraba el cuartel de la Guardia Civil, fue muy difícil el cierre de varias de aquellas casas particulares donde se vendían verduras y hortalizas. Varias tiendas de comestibles. Una de las más importantes y que más años duró, fue la que regentaba en Situs, esquina Iglesia con la del Rosario.

¿Y la pescadería?

Se vendía el pescado de una manera muy lamentable, a ras del suelo, expuesto sobre un madero la mayoría de veces sucio y poco recomendable, propensos a caerse al suelo aquellos peces, sin ningún tipo de garantías de higiene.

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