Unos son idiotos y otras son idiotas. Por si el género importa, digo. La isla de Menorca tiene una alergia importante al verano: 'los pies sucios', como se les conoce coloquialmente entre mi generación. Esta gente que adopta una anarquía de quita y pon en sus ideales, camuflados en un nacionalismo que quita el hipo. Eso y que se creen hipies, van sucios y que pasean perros que están todavía más sucios. Esta plaga ya ha llegado y tiene pinta de que se quedará todo el verano.
Puedo parecer radical, lo sé, y me arriesgo porque los encontronazos que he tenido con esta gentuza me obligan. De entrada el tema de cuidar las playas y toda la naturaleza que las rodea. Esta gente predica con el rechazo al uso de productos que dañan al medioambiente, como el desodorante, para desgracia de los que les rodeamos. Además se quejan de lo sucia que es la gente cuando llegan a una de nuestras playas y se encuentran con alguna colilla o un plástico. No les falta razón, pero es que ellos acostumbran a dejar todavía más sucio el lugar después de pasar la noche en algún arenal. Hablo con conocimiento de causa. He compartido playa en alguna noche con algunos 'pies sucios' y cuando se marcharon el panorama era desolador.
Me molesta que con su carácter vengan a veranear en Menorca y se crean amos de todo cuanto pisan. Detesto que al sugerirles que aten a sus perros, porque recuerdo que una señal roja con un perro tachado significa que están prohibidos los canes en ese lugar, se te encaren como si les estuvieras faltando al respeto. ¿Qué son turistas? Yo los calificaría como egoístas. Y, la verdad, me sobran.
A mí me parece perfecto que Menorca acoja turistas, vivimos de ello aunque a muchos les cueste reconocerlo, pero lo que no soporto es que venga alguien de fuera y me quiera hacer creer que es más menorquín que yo o que quiere más a la Isla que el arriba firmante. Lo que digo, unos son idiotos y otras idiotas.
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