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Xerradetes de Trepucó

Vicente Ferrá Comellas

Mahón. Foto de familia realizada por Dolfo. De izquierda a derecha: Vicente Ferrá Comellas, Marianita Rotger Mora, Francisca Comellas Humbert, Miguel Fuxá Gelabert es mariscador. Sentados: Catalina Mora Terrés, el niño Miguel Ferrá Rotger y Antonio Rotger Llopis. Fotografía cedida por Marianita Rotger. Vda de Ferrá.

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Inspirada siempre, con temas marinos, me hizo visitar a una buena amiga Mariana Rotger. Desde que falleció su esposo, me encontraba en deuda con la misma, no le dedique unas líneas al fallecer, pensando hacerlo unos meses después. El tiempo pasa que vuela y tan solo faltaba una semana para que se cumpliera el primer aniversario. Había llegado el momento, de escribir del que fue buen amigo de Gori y también de esta servidora.

La tarde del 24 de mayo del presente, nos sentamos juntas en la misma salita donde tantísimas veces lo habíamos hecho todos juntos. Era un día muy especial, se cumplía un año, en que Vicente havia agafat es tapinets i se envia nat cap alla dalt,per trobarse en Deu, nostre senyor.

De regreso, fui pensando y cavilando, como enfocar el escrito, había tanto por decir, a la vez que no podía desperdiciar, datos y curiosidades anecdóticas de su padre
Precisamente Vicente Ferra Comellas, fue el mayor del mariscador más importante con que ha contado nuestra isla .Miguel Ferra Gelabert (29-6-1894) .

Es por ello, que conociéndole, como le conocí, antes de adentrarme en una especie de apunte biográfico, me recree con su progenitor.

Yo, que nací y me críe en mig de homos de la mar siempre lo escuche tal cual. Todos los oficios, han tenido y tendrán sus maestros, los más destacados, los mejores. Por supuesto que esto no siempre es compartido por la mayoría, entre ellos los envidiosos, pero los que conocían el oficio, jamás regatearon frases de alabanza hacia él, que junto a unos pocos, eran los amos de los tramos mas destacados de nuestro puerto de Mahón, para la captura de marisco. Incluso era conocido en el mercado de la Boqueria . Ses escupinyes, corns… o lo que fos den Miquel Ferrá era sinónimo de máxima calidad.

No tan solo fue el mejor de cuantos había en baixamar, si no que constantemente enseñaba como trabajar el fondo marino. Según él, venia a ser lo mismo que el labrador que siembra, limpia de impurezas la tierra y mima el entorno per tenir una bona anyada.

Inventó se huera de madera con el fondo de cristal, para trabajar sin necesidad de mojarse el cuerpo a la vez que ir explorando con mayor comodidad , y otro gran invento, fue el depositar sobre el agua, una gota de aceite, convirtiendo aquel tramo de mar, de un transparente meravellós. Pudiendo trabajar con toda clase de garantía y transparencia.
Mestre Miquel como le llamaban todos, huyendo siempre de nombrarlo por su apodo del cual aun hoy, no es del agrado de sus familiares, casó con Francisca Comellas Pons ( 22-1-1898), también procedente de familia mariscadora, a buen seguro, fue por ello, que se avino con la decisión del esposo, conviniendo en que sus hijos no trabajaran jamás en el mismo. Vivian en la calle de la Infanta 20 de nuestra ciudad, con sus tres hijos. Vicente (27-9-1921) María Luisa (12-9-1923) y Pedro (22-5-1928).

Añadir, que con el matrimonio, vivía la abuela materna. Juana Pons Humbert (2-5.1871) y Magdalena Comellas Pons, cuñada d'en Miquel. Ambas procedían del entorno mariscador , me lo corroboran, datos desde 1844 en que ya figuran sus apellidos. Las mujeres de estos mariscadores, se dedicaron durante un largo periodo al oficio hoy desaparecido, pero que fue muy fructífero en Menorca , especialmente en Mahón y Fornells, conocido como floristas de mariscos. Se trataba de montar figuras y adornos que se introducían dentro de urnas o vitrinas. Años pasados, hemos visto en casa de algún familiar, sobre la cómoda, u otro lugar, alguna de estas, repletas de preciosas flores o figuras confeccionadas a base de closques de escupinyes, caracolillos, nacras y toda clase de especies capturadas por los mariscadores. Y es más, siempre escuche que en invierno cuando habia seca, los niños y las mujeres, se dedicaban a ello, obteniendo un jornal.

Una vez montadas, se mandaban a la península donde tenían mucho éxito, era moda.

Volviendo al señor Miguel Ferra, decir, que lo recuerdo en es seu magatzem, junto a la fabrica del gas, enterra estea trespolat i una escalerilla de madera subía a lo que antaño llamaban un sostre. Hombre muy escrupuloso, muy recto, muy ordenado,de ideas aventajadas a cuantos trabajaban en el ramo, el primero del oficio que navegó por nuestro puerto con un motor central, uno de aquellos vetustos Ferro, fabricados por la Standard Motor Parts Company de Cleveland, que en su tiempo había distribuido en la isla la Anglo Española, y que tuve ocasión de ver como Gori lo repasaba, al igual que el de la familia Morro conocidos como hermanos Pic y que en tantas ocasiones hable de Mestre Quicus, panadero de la calle de santa Teresa.

También fue el primer mariscador, en instalar un Joyca 5 HP. el 25 de mayo de 1948.

Precisamente, el senyor Miquel de ses professons, como le llamaba mi padre y que mas adelante explicaré el porqué, le entrego, una hoja de papel de barba con los nombres de los mariscos que a continuación detallo.

Musclu, Manec de guinevet, Ostia borda, Ostia vermella, Ostia blanca, Ostia vera Pada, Bizu, Corn, Mica de pa, Caragol, Escupiña llisa, de gallet, de frare, gravades, datils, peu de cabrit, pitjadille, nacra, Ortiga borda, Pitxo, Voga mari…

Cuando el de las motoras, explicaba curiosidades del tema que me ocupa, añadía: No olvides, que los mahoneses sabemos que las piedras que se encuentran en los muelles de baixamar, son muy parecidas a las alicantinas, son muchos los jóvenes de aquellas tierras que vienen hacer el servicio militar y, con tan solo verlas, exclaman… aquí tambe dispojaon de banyariques que es como llaman a los datiles. Aludiendo que son idénticas.

En esta especie de libreta al estilo bitácora, que Gori guardaba, dice así:

Según Miguel Ferrá Gelabert, su padre que fue mariscador, le explico, que el año que vio mes seca a nes port fue con la nevada de 1883, en que las aguas desaparecieron hasta llegar a mijant Cos Nou. Bajando infinidad de familias a recoger marisco, a pesar del gran frío que hacia, hablándose de cero grados.

Podría ir contando cantidad de anécdotas del señor Ferra, de cuando montó un pequeño viveret en san Antonio, al igual que el iniciador de 2 muscleras en la misma zona, siendo la risa de muchos, el ser siempre el iniciador le llevaba a estas cosas, durante la guerra se las hicieron desaparecer, pero el las volvió a montar y cuando ya era muy mayor y se daba cuenta que ja no era es que havia estat, tras comprobar como le robaban los del propio ramo, las regaló, a cambio de nada, y es que Miguel Ferra, ante todo, era un gran señor, que le llevo a pensar que antes de que se estropearan, deseaba que otros las disfrutasen, tenia un cor com unes cases.

Otro de los recuerdos, se ciernen a su esposa, que vendía el producto. Los sábados de navidad, solían formarse colas en su domicilio particular, para adquirir los preciados frutos del mar.

Vicente Ferra Comellas, junto a su padre Miguel Ferra Gelabert, trabajaron, y mucho tras las bambalinas de la Academia Mariana de San Estanislao, ayudando a lo que fuese preciso, padre e hijo siempre dispuestos en echar una mano. El mariscador y su hijo, fueron muy populares en la confección de pelucas, tenian molta trassa. Sin olvidar cualquier clase de utensilio que debiera aparecer en lo alto del escenario.

Refiriéndome al nombre de Miquel de ses profesons, es debido que siempre fue un entusiasta de las mismas, hombre muy religioso de una gran fe. Siendo el fundador de la Soledad al donar la primera imagen, que salió a la procesión y el primer cofrade. Nombrándole hermano mayor a perpetuidad, hasta el día de su fallecimiento.

Entre sus pertenencias, se encuentra una placa del Instituto Oceanográfico, que le fue entregado como agradecimiento por su desinteresada ayuda y colaboración que siempre en el encontró, siendo nombrado por su director el señor Musutti, para ir recogiendo las muestras de agua de nuestro puerto y que todos los meses enviaba al laboratorio de Palma de Mallorca.

Esperando, poder dedicar la próxima semana, sa xerradeta a su hijo Vicente, tan querido y admirado por esta servidora.

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