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Xerradetes de Trepucó

El deber es el deber

Puerto de Ciutadella. Verano de 1950, mientras en Mahón se rodaba ‘El correo del Rey’ y un grupo de aventureros se disponía a embarcar con el ‘Cala Ratjada’. En primer lugar a la derecha, una jovencísima Mercedes Cano, cargada con sus libros

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Agosto amaneció algo nublado y desapacible. La inesperada lluvia mos va interrompre ses oracions. Debíamos estercolar los campos, donde sembrar el trigo y lamentablemente está encharcado. ¡Menudo chaparrón! Dice l'amo Xec que de siempre, después de las primeras lluvias sembraban los rábanos, nabos, las coles, las llamadas tardías, las que acompañaban el cocido en los fríos días de invierno y también las que junto a la carne de las primeras matanzas, su madre cocía con garbanzos, lo que llamaban col amb ciurons. Dicen los mayores, jo no, que el tiempo está loco, y loco también lo están muchos de los que habitan en el planeta tierra. ¿ Será moda?

El filatero, hombre de escasas letras pero con un gran bagaje de sabiduría callejera, asegura que hoy lunes el sol lucirá de nuevo su sofisticado resplandor, manará calor en abundancia, que deberíamos aprovechar, introduciéndolo en frascos de cristal, guardándolo en la despensa para el otoño y su frío hermano el invierno. Sí, sí... tal cual como preparamos con salsa de tomate, sofrito, mermelada. El inventor que lo consiga se convertirá en el padre celestial, digo terrenal, de cuantos transitamos por la tierra, es imposible resistir los precios, las maneras y los tractos de las eléctricas, no sé què s'han pensat aquesta gent!... ¿No sé avont anarem a parar, és vergonyós!

Días pasados comentábamos, la cantidad de papeleo pendiente de archivar, organizar, dar contestación, lo que en diferente argot se le conocía por darle curso, pues esto es lo que intentaremos.

Praxedies, ha regresado de ordeñar na Maleita, na Vermea, na Mora i na Petita, así la bautizamos, su madre la conducimos al matadero, entre otras cosas porque ya le había llegado la hora. Añadir que, como es costumbre en estos menesteres, llegado el momento del ordeño, amenizamos con música de fondo. Para ello contamos con el pequeño receptor, adquirido en la Casa de la Radio del señor Benito Sintes, de la calle Nueva, local convertido en comercio de caramelos y helados de Fernando López , heredero del turronero de toda la vida. Actualmente propiedad de una de las hijas de Fernando, ésta se halla en la cuarta generación del recordado maestro artesano y que según me explicó su madre vive pendiente de sus retoños de manera especial del más chiquitín. Algo delicado de salud. Desde el talaiot recibe un paneret ple de carinyo y recordarte lo mucho que ellos representaron en nuestra ciudad, no tan sólo con sus productos, que si bien elaboraban coses molt bones, también contó y se agradeció su manera de ser, su tracto tan amigable y cercano con el público, jamás fueron especulativos, lo justo però no cares, siempre sencillos, siempre humildes y cercanos, que a fin de cuentas es la mejor publicidad que se puede ofrecer, la altanería, la prepotencia y los abusos a la larga son perjudiciales, de los que siempre hay que huir. Por suerte tú has tenido y tienes un buen maestro, para todos los menorquines, Fernando del Turronero ha sido maestro de maestro, los jóvenes empresarios, deberían seguir sus pasos, poc a poc i en bones. El tuvo la suerte de encontrar a tu madre que supo acompañarle.

Continuando con el asunto de la radio, finalizar el tema diciendo que el pequeño aparato, situado en lo alto de una de las paredes de la boyera, va sonando. Casi siempre está conectado en la antigua Pirenaica. Los jóvenes ignorarán de qué hablamos, los de blanca cabellera o descapotables (es calbos) lo recordarán. Açò és cosa! Un auténtico deleite para ellas y el que ejecuta el trabajo de ordeño.

Nos recuerda Aguedet, nuestra cocinera, la mejor de este entorno, que antes de adentrarnos más en la escritura es nuestro deber dar gracias a Dios por todo cuanto nos ha dado, por la infinidad de muestras de que está junto a nosotras, jamás le reprocharemos de cuanto nos sucede desagradable, forma parte de su trama para comprobar si verdaderamente le somos fieles. Tras el rezo de un padrenuestro, el avemaría y la jaculatoria al Sagrado Corazón de Jesús, anam a començar.Felicitar a Juan Antonio Palliser de La Fantasía, a su esposa Mari Uris y familia por su total restablecimiento, ha estat molt gros, pero los competentes médicos del Son Dureta y su equipo han hecho que vuelva ser el Juan Antonio que conocimos toda la vida. Jovial, risueño, amable, amigo de sus amigos, amante esposo, padre... único... y como abuelo no se nos ocurren calificativos. Por ventura está rodeado de gentes que le quieren y saben demostrárselo. Quedando escrito en una de sus páginas del libro de la vida, para releerlo en un tiempo, quedando todo como una más de las que nos corresponde vivir. Felicidades familia, sois un ejemplo a seguir y atentas estaremos de cuanto vaya a suceder en esos próximos días de recuerdos y nostalgias, la celebración del 25 aniversario de boda de vuestra hija mayor na Lola y Braulio, mientras Miguel y Juana van tomando buena nota, no en vano los cuatro años que les quedan por recorrer, passaran amb un buf.

Continuando con las obligaciones, nos dirigimos a la admirada Mercedes Cano, la profesora que nos hubiera encantado beneficiarnos. Gracias, Mercedes, por tu rasgo en prestarnos una joya tan preciada para ti y por nuestra Guideta, el rescatar del olvido el Crucero Breve, repito, joya literaria para ambas, escrito por tu querido padre don Daniel Cano de grato recuerdo en nuestra ciudad por su cargo de notario, por ser personaje amable y afable. Es preciso que los lectores de estas xerradetes sepan que el verano de 1950, junto a su esposa, sus hijas, los señores del predio de San Antonio, el doctor Salort, al que le llamaban en el grupo doctor Fleming, y otros más, dieron la vuelta a Mallorca y Menorca en el Cala Ratjada, una barca del bou, equipada para aquellas vacaciones, acompañados de un grupo de amigos y una variopinta tripulación, en primer lugar el patrón, Piquer: Según descripción de tu padre, un experto conocedor de las rutas que siguieron y del barco que iba a manejar. Avisado navegante y seguro timonel que, con precisa maniobra, se mueve en espacios donde juegan distancias de centímetros, escribió de él.

Continuaba con Gori, el maquinista, siempre sonriente y optimista, sumido en su caluroso recinto, pringado de aceite y grasas, pero dispuesto a tomarlo todo a broma, atlético y bronceado de aire resuelto y alegre, haría un buen ejemplar de pirata berberisco si no le traicionase su aspecto franco y sencillo. Sonríe un poco preocupadamente entornando sus ojos que quedan reducidos a dos relucientes rajitas azules mar. Es hombre optimista, aunque se siente ligeramente inquieto por la capacidad marinera de los expedicionarios.
Peret, el cocinero, arrancado de una estampa pirata de Stevenson, cuyo rostro hubiese dibujado Doré. Tatuado, rudo, tosco, le echamos a faltar una pata de palo o un parche en un ojo.
Fiol, nuestro boy, espíritu evangélico y filantrópico, bienaventurado protector de hambrientos y sedientos; servicial, feliz e ingenuo, siempre activo y cordial. No importa que de manera reiterada pusiera en hielo la botella de vinagre; no importa que confundiese la ginebra con el agua mineral: su magnífica voluntad, su afán de servir a todos y su compenetración con los expedicionarios se mantuvieron hasta el fin...

Aquel invierno del 51, el señor Cano fue sacando sus recuerdos envueltos en la fantasía estival al calor de su chimenea, escribiendo unas experiencias que jamás volvería a repetir, junto a su querida esposa, sus adoradas hijas y sus amigos del alma. Tuvo el detalle de regalar uno de aquellos ejemplares a cada uno de los tripulantes de la cala Ratjada. Mi padre... como siempre, lo dejó a uno de sus sobrinos y aquél jamás se lo devolvió. Hoy tengo la dicha gracias a Mercedes de poderlo tener guardado i ben guardat en la librería, a buen seguro, el día de mañana se convertirá en preciosa alhaja para mi querida Judith, mi niña del alma. Como lo es para mí el derrotero en que participó mi abuelo Jaime Caules Taltavull, junto a don Jaime Ferrer Aledo.

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