Existe unanimidad sobre la insuficiencia del comunicado de ETA relativo a un alto el fuego, sobre todo porque no anuncia su disolución y la entrega de las armas, lo que sí despertaría esperanzas del final de la violencia terrorista. Ese debería ser el contenido del comunicado que espera la sociedad española. El Gobierno, escarmentado por el resultado de la tregua y del desgaste político que representó la negociación, no aceptará ningún tipo de intercambio. Podría interpretarse que tiene la obligación de sondear el entorno etarra y descubrir las intenciones reales de la diezmada organización terrorista, sin embargo acción en esa línea es un riesgo político difícil de afrontar. Además Rodríguez Zapatero tiene la necesidad de pactar con el PNV los próximos presupuestos del Estado, una negociación que debería mantenerse al margen del problema etarra. La unidad que existe actualmente sobre el acorralamiento policial a la organización terrorista, sin opción a un debate político coaccionado, ha dado frutos y hay que mantener la misma línea.
Todos deseamos el final del terrorismo y seguramente llegará la oportunidad de conseguirlo, respetando a las víctimas y también las ideas políticas. Es una cuestión de tiempo.