Lo del ministro de Fomento suena a episodio ya vivido. Primero se crea el problema y luego se resalta su solución con el fin de vender bien el éxito. En la casta política abunda esta especie de pirómano en el fondo y bombero en las formas que parece advertirse en esta historia del descuento aéreo. Pepe Blanco amenazó con meter las tijeras y reducir un 30 por ciento la cantidad que a este fin contemplan los Presupuestos Generales del Estado, lo que implicaría reducir el porcentaje de la bonificación en los billetes de los residentes o bien eliminarla cuando esos fondos -en septiembre u octubre- se extingan. A partir de ahí se desarrolla la comedia con cada personaje en su papel, las autoridades de aquí "se rebotan", viajan a Madrid, se movilizan instituciones y entidades y se crea la alarma general. Otra vez Madrid me mata, independientemente de quién gobierne y de la sintonía que mantenga con los "compañeros" que también mandan aquí. Ahora falta el desenlace, la aparición del bombero que encendió la mecha. Blanco tiene previsto asistir el domingo en Palma a la presentación de los candidatos socialistas a las elecciones de mayo, será momento de euforia y de anunciar que ni un paso atrás, que su Gobierno cumple, que fue Zapatero quien subió el descuento al 50 por ciento. Es tiempo de héroes.
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