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Topografía médica de la Isla del Rey de 1806

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De excepcional debe considerarse la representación, hoy viernes 24 de septiembre, en el Ateneo de Mahón a las 20 horas, de la Topografía Médica de Antonio Hernández Morejón (Alaejos, Valladolid 1773), Médico Principal del Real Hospital Militar de la Isla del Rey, presentada originalmente en la Real Academia de Medicina de Barcelona en cinco sesiones orales entre marzo, abril y mayo de 1806, allá en los prolegómenos de nuestra Guerra de Independencia y cuando Menorca llevaba cuatro años incorporada definitivamente a la Corona española tras la firma del Tratado de Amiens en 1802.

La obra, magníficamente transcrita por Eva Canaleta del Grup d'Investigació d'Història de la Salut de la UIB, viene a añadirse a las "Cartas Médicas" del cirujano del mismo Hospital, Manuel Rodríguez Caramazana, coetáneo de Morejón, y a las "Diseases in Minorque" del cirujano inglés George Cleghorn publicadas en Dublín en 1751, que forman parte del "alma" del proyecto de recuperación del antiguo Hospital de la Isla del Rey, que el próximo año cumplirá 300 de existencia (1711-2011).

Pero si importante es la obra, importantes son las aportaciones científicas que la acompañan en la presente edición, debidas al Dr. Alfonso Ballesteros, al profesor Bujosa, catedrático de Historia de la Ciencia de la UIB y de José Miguel Vidal Hernández, coordinador científico del IME. Varios miembros de la Fundación Hospital Isla del Rey contribuimos a completar la edición, magníficamente elaborada como siempre por Sebastián Rotger de Ferreries.

Alfonso Ballesteros, antiguo Presidente de la Real Academia de Medicina de Baleares, ha sido el verdadero motor de estas ediciones. Minucioso, coordinador, enamorado de la calidad de la edición y de sus grabados, presenta un magnífico estudio sobre la Sanidad Militar Española desde sus comienzos en aquellos Reales y Militares Colegios hasta la unificación durante el Gobierno O´Donnell en 1853, de las especialidades fundamentales que estructuró definitivamente la organización del Cuerpo de Sanidad Militar. Por supuesto se detiene en la gran obra de Hernández Morejón "Historia Bibliográfica de la Medicina Española" la gran aportación del médico vallisoletano.

Francesc Bujosa, profundiza con su maestría habitual en el historicismo, delimita ciencias y creencias, pasa al sensualismo, la inducción y la lógica innata, al hipocratismo y su influencia en las topografías médicas. Rememora a Aristóteles y a Galeno, buscando el por qué de aquel momento que vive y transcribe Morejón.

José Miguel Vidal nos introduce, por último, en la organización administrativa y facultativa que sostenía y hacia funcionar aquel Real Hospital. Nos lleva al Intendente o Ministro de la Real Hacienda, a los Comisarios de Guerra o Inspectores, a los Controladores, a los asentistas o proveedores y a los despenseros, para después referir las relaciones entre médicos, cirujanos y boticarios no siempre fáciles y coordinadas.

Siempre en todos los estudios aparece la preocupación de Hernández Morejón por mejorar el cuidado de los enfermos. Cuando quiere justificar su propuesta de traslado del hospital a "tierra firme" -se refiere a Villacarlos- solo busca la salubridad, la mejor alimentación, los mejores cuidados. Relata consternado como en el Hospital de París muere uno de cuatro enfermos ingresados, mientras que en el de Edimburgo fallece uno de cada 25. Lo relata con envidia, buscando para "su" hospital los mejores datos. Su propuesta no se materializará, como saben, hasta 1964, es decir 158 años después.

También denuncia abusos de la administración, con referencia clara y crítica a "isleños egoístas"

Pero para los que trabajamos no sólo en el "alma" del Hospital, sino en recuperar su "cuerpo" -hay un magnífico estudio de nuestra arquitecta Isabel Espiau-Hernández Morejón que nos describe medidas en varas, distancias, anchuras, alturas. Refiere la nueva construcción de edificios iniciada en 1795 con motivo de la estancia en el puerto de Mahón de la escuadra del Almirante Lángara. Describe dormitorios en las dos plantas, botica, depósito de cadáveres, cuarto de ropa junto a letrinas, huertos y gallineros. Para nosotros, todo este recuento es de suma importancia.

¡Bienvenido de nuevo entre nosotros, Antonio Hernández Morejón!

El acto de hoy, al que se suma junto a los mencionados analistas, el Presidente de la Real Academia de Medicina de Baleares, no es más que el reconocimiento a la labor de un hombre que dejó su huella en Menorca y en toda España.
El hacer coincidir la presentación con las jornadas de la XXI Escuela de Salud Pública de Menorca no busca otro objeto que extender el homenaje a Hernández Morejón a toda la vocacional profesión que hace del arte de curar su objetivo de servicio a la sociedad.¡Vaya nuestro homenaje también a todos los médicos de hoy!.

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