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Editorial

Derecho a protestar en una huelga inoportuna

Los menorquines que tienen empleo deben decidir si mañana acuden a su puesto de trabajo o si secundan la convocatoria de huelga general. Es un derecho personal incuestionable y los motivos para hacer una u otra cosa son totalmente respetables. La reflexión previa es recomendable. La huelga se dirige contra la reforma laboral aprobada por el Gobierno, aunque después se han ido añadiendo otros argumentos. La convocan los sindicatos, que persiguen la revisión de una legislación que se ha considerado necesaria y pendiente desde hace décadas. Los sindicatos perdieron la oportunidad de llegar a acuerdos con los empresarios para pactar esa reforma y al final el Gobierno optó por una opción que no ha satisfecho a nadie. Si la convocatoria es una consecuencia de ese fracaso negociador habría que analizar si la estrategia del desacuerdo y del enfrentamiento sirve o no a los intereses de este país. Además, la huelga no puede desinhibirse del momento actual, marcado por la crisis. Por este motivo hay que considerar que la convocatoria es inoportuna, porque no servirá para cambiar nada y en cambio acentuará la pérdida de confianza en el exterior. La protesta tiene argumentos pero es un acto que no aporta nada en positivo para mejorar la situación.

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