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Política de pinganillo

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Se necesita tener poca vista o escasa ética para que, estando España como está en lo económico y en lo laboral, pidiendo los políticos austeridad, vayan ahora estos y, como si las penurias económicas no fueran con ellos, pongan en marcha eso de las traducciones simultáneas en el Senado. ¡Pero almas de cántaro! Ahora nooooo, que esas son "alegrías" innecesarias que podrían pasar como si no pasaran en tiempos de vacas gordas. Pero señorías: ¿ustedes no han visto cómo están las vacas? Flaquitas, flaquitas…con la piel en los pellejos. Yo creo que va a ser que ustedes o es que no se enteran, o es que como el "dinero del contribuyente no es de nadie", ale, a gastarlo, bueno diría yo casi a despilfarrarlo. ¿Me dice usted que ese gasto de las traducciones simultáneas es una fruslería? Yo creo que 60 millones de las antiguas pesetas no son una fruslería. Y les digo más, un céntimo, un solo céntimo sacado del bolsillo del contribuyente, merece respeto. Pero ustedes están, siguen estando, como si aquí no hubiera ningún problema económico.

¿Cómo pueden gastarse en estos momentos 360.000 euros al año en unas traducciones simultáneas que son completamente innecesarias? Para una cámara como la del Senado, que ya nos cuesta 40 millones de euros. Y fíjense lo que les digo, hay gente dubitativa que no sabe si es necesario o no es necesario lo de las traducciones simultáneas. Pues yo qué quieren ustedes que les diga, lo que me pregunto es si el Senado es necesario o no es necesario, que llevamos 30 años sin que a esa cámara se le haya dado una función real y necesaria.

Fíjense que forma más absurda de hacer las cosas: resulta que si un senador catalán se dirige a un senador gallego, ¿saben como se lo traducen? Pues se lo traducen ¡en castellano! Lo mismo que si un senador vasco se dirige, pongo por caso, a un senador catalán. Doy este dato con todas las cautelas, pues aún no he conseguido cotejar si realmente es como he oído que sucede. Si no es así, pido perdón. Pero si es así, como diría un amigo mío, manda carallo.

¿Ustedes pueden entender qué falta hace ahora, en estos momentos de penurias económicas, una traducción simultánea de las distintas lenguas autonómicas, cuando todos los senadores/as entienden y hablan el castellano?

No se dan cuenta de que han llegado ustedes a esa absurda ridiculez de que para entendernos dos españoles nos hagan falta un par de pinganillos y un intérprete? Yo es que me "descollono". Jamás pensé que personas hechas y derechas tuvieran en estos momentos tan poco tacto. ¿Les han preguntado ustedes a esos españoles que hacen cola en los comedores de Caritas que opinan de semejante manera de entender prioridades? ¿Es acaso más necesario ahora lo del pinganillo o lo de dar una imagen de austeridad dentro de la clase política? Yo creo que lo que hace falta es esto último. Sí, ya sé que para los nacionalistas sus ansias de diferenciarse son inagotables y que nada les basta, ni siquiera consideran la dificultad del momento.

Me causa una profunda tristeza ver que los políticos dan esos absurdos ejemplos a la ciudadanía. Deberían de mandarles escribir todos los días 100 veces la palabra austeridad y sobre todo lo que eso significa.

No es que en el tremendo gasto que el político ocasiona entre salarios, prebendas y decisiones, muchas veces innecesarias o inútiles, que 360.000 euros más en ese capítulo, sean una cantidad significativa. Porque lo significativo, lo grave de semejante asunto es el ejemplo que ustedes dan cuando se ven obligados a recortar salarios, a quitar de un plumazo los 426 euros a los parados que ya no cobran nada de nada, cuando pretenden alargar la edad de jubilación, cuando aumentan los años de cotización para alcanzar una pensión, cuando, en definitiva, se recortan derechos a la ciudadanía, mayormente a los trabajadores, van ustedes y, como si nada de todo esto estuviera sucediendo, crean en el Senado unas traducciones simultáneas, que con eso no se consigue que se aprecie más la lengua de cada cual. Esos méritos tienen otros caminos. Deben también ser conscientes de que el superávit de 14.000 millones de la caja de la seguridad social, se ha reducido en dos años alarmantemente. Si escuché bien, queda algo más de 2000 millones del superávit, que antes eran 14.000.

¿Cómo se puede justificar que unos parlamentarios que en el bar, en los pasillos y en la calle se entienden perfectamente, luego en sus escaños necesiten un intérprete? ¿Cómo es posible que todo un partido socialista ande enfrascado en semejante tontuna? Cerca de cinco millones de parados no se merecen esto, porque lo mínimo que se puede esperar es que un político sea sensato, ya que no inteligente y brillante, por lo menos sensato. Es lo mínimo. Y esto, a lo que más se parece, es a una insensatez.

El político, mayormente, no es otra cosa que un gestor de nuestros dineros. Debería pues, por pura coherencia en estos momentos, ser lo más estricto posible en los gastos que ocasiona si pretende que luego la ciudadanía comprenda y asuma que todos debemos vivir más de acuerdo con nuestras autenticas posibilidades.

Los políticos parecen ignorar que la sensibilidad ciudadana está más que escaldada con la familia política y con todo y con eso, van y se ponen a hacer política de pinganillo.

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