La semana pasada se han difundido noticias de excelentes expectativas turísticas del mercado alemán, se anuncian más visitantes y tendrán una repercusión favorable en el empleo, se van a crear mil puestos de trabajo, según ha anunciado la biconsellera Joana Barceló. En breve, Lázaro Criado expondrá las previsiones de otros mercados, que es probable que también arrojen optimismo. El "promobús" ha hollado carreteras, plazas y ciudades de Gran Bretaña para recordar a nuestro fiel mercado que Menorca sigue siendo un excelente destino que cuida y exhibe en su cultura el pasado británico. Los destinos competidores de la ribera sur del Mediterráneo han perdido tirón por la inestabilidad que acarrean las revueltas políticas, circunstancia que repercute favorablemente en los destinos vecinos. En resumen, nos preparamos para el éxito. Un éxito coyuntural, de circunstancias, frágil. Ese es el temor, porque la crisis que vive el norte de África se mutará en estabilidad y probablemente mejores condiciones para las vacaciones estivales de los europeos. Aquí, en esencia, no se ha hecho nada más allá de la promoción, la apertura del Camí de Cavalls y reiterar que somos el ombligo del Mediterráneo. Los siete millones que aprobó el Gobierno para la mejora turística se van a S'Enclusa a interpretar la reserva de la biosfera. La vocación del sí pero no sigue inmutable.
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