La actividad del puerto exterior de Son Blanc ha de permitir que la dársena histórica de Ciutadella acoja el turismo náutico y las embarcaciones de recreo. Ahora surgen algunas dudas sobre la forma de enfocar esta cuestión. El Govern se comprometió a llevar a cabo la ordenación interior en septiembre, sin embargo la precariedad económica de la administración autonómica hace temer por la financiación de las obras. Por otra parte, se está despertando el debate sobre si ha de ser prioritaria la oferta de amarres para las embarcaciones en tránsito o para atender al mayor número posible de solicitantes de un punto de amarre en base, que llevan años en la lista de espera.
Sobre el proyecto de ordenación, Ports no debería demorar una actuación que tiene incidencia en la economía local. Las grandes oportunidades que ofrece el puerto histórico deben valorarse como un activo para potenciar la actividad económica. La concesión de la gestión a una empresa privada puede valorarse, siempre que no dispare los precios de los amarres. Es necesario disponer de un proyecto para optimizar los espacios del puerto, sin perjudicar las expectativas lícitas de quienes esperan un amarre desde hace años ni las expectativas del turismo náutico.