El frío fue congelando la Isla hasta que ayer por la mañana los copos de nieve aparecieron y cubrieron de un manto blanco la zona de Llevant. Las previsiones se cumplieron, a pesar de que el fenómeno no fue tan intenso como se anunciaba y que una parte de Sa Roqueta se librara, para bien o mal, de la nevada. Ya veremos como ha amanecido hoy. De todas maneras, la semana ha terminado como empezó: con los menorquines congelados y no solamente por el frío. Tiritando nos hemos quedado con la reducción de los enlaces aéreos con la Península; pero también por el nuevo récord de parados, que sigue acumulando dramas familiares; con una petición de indemnización millonaria al Consell y por extensión a todos los insulares; y hasta en el terreno deportivo se ha producido un "congelamiento", el del Sporting Mahonés.
Volviendo a lo meteorológico, el paisaje nevado es una fiesta de gran belleza plástica cuando no ocurre ninguna desgracia. Y ayer fueron muchos los que disfrutaron.
Por cierto, que para los madridistas menorquines también fue una noche blanca. Los merengues siguen ganando.