El sector privado ha solicitado que el Plan de Turismo de les Illes Balears incluya las medidas necesarias para cuantificar los resultados de las inversiones en promoción, al objeto de optimizar recursos. Una iniciativa acertada, y más en tiempos de crisis, ya que de esta manera se puede saber si los esfuerzos que se están realizando se dirigen en la dirección adecuada y, además, se disponen de datos objetivos para la planificación de futuras acciones. De hecho, lo que se pretende es aplicar el modelo que se sigue en Menorca cuando al terminar la temporada se analiza el rendimiento de los convenios que las administraciones públicas y la patronal ASHOME firmaron en 2010 con los principales touroperadores británicos y alemanes y que finalizan este año. La propuesta va acompañada de la histórica reivindicación de poder promocionar de forma individualizada la oferta menorquina, ya que cuenta con unas características específicas y diferentes al resto del Archipiélago. De momento, el Govern ha manifestado que las peticiones de cada Isla se canalizarán a través de la Agencia de Turismo. Es un primer paso, pero tanto el sector privado como el público deben seguir insistiendo en el traspaso de esta competencia estratégica para nuestra economía.
Editorial
La promoción turística y sus resultados