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Por amor al arte

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Menorca es capaz de sorprenderte cada día, aunque lleves en ella casi veinte años: paisajes, viviendas, calas, flora, restos arqueológicos, manifestaciones culturales...; y Xalubinia-Menorca, el Centro Internacional de Grabado de Alaior que dirige Pere Pons (Alaior, 1949), donde se practican, se exponen y se enseñan las técnicas de grabar o reproducir imágenes incisas en una plancha matriz previamente entintada, ya sean en relieve -rebajando las partes que han de ser blancas y dejando el dibujo en relieve sobre la plancha- o en hueco, utilizando planchas metálicas en las que se graba el dibujo directamente (al buril, punta seca, mediatinta) o de forma indirecta, aplicando primero a la plancha una capa de barniz y sometiéndolo después a uno o varios mordientes de ácido (aguafuerte, aguatinta, barniz blando); la litografía es un proceso paralelo, en el que la impresión se realiza a partir de un dibujo con tinta grasa sobre una superficie calcárea plana, que se baña en agua: el rechazo entre el agua y la materia grasa es la base del procedimiento, pues las zonas dibujadas escupen el agua, mientras que el resto de la superficie la absorbe; la tinta para la estampación es admitida únicamente en la zona previamente dibujada. Realmente, bajo la denominación común de grabado se engloban dos partes de un proceso: la elaboración de una matriz, o grabado propiamente dicho; y el estampado en sí, el paso de esa matriz al papel que da origen a la estampa que contemplamos como resultado final. En todas las variedades de grabado lo que se hace es incidir sobre una superficie por medio de utensilios cortantes o de ácidos que la ataquen, para después poner en contacto, mediante la presión ejercida por una prensa, el papel u otro soporte con la superficie anteriormente grabada, o con una piedra previamente tratada y dibujada. El grabado es una obra de arte múltiple pero original, que no es copia ni sustituto de otra obra; y constituye una manifestación que el hombre ha empleado durante siglos por sus posibilidades de expresión directa de la imagen y su poder de expansión a través de múltiples originales que le permitía ser vehículo de mensajes espirituales, políticos, tecnológicos y sociales.
Nada de eso sabía Pere Pons cuando, con cuatro o cinco años, se embelesaba con los trabajos en madera que hacía su padre en la carpintería que tenía en Alaior, donde hoy se encuentra el parking de la calle Baixamar, a pocos metros del local generosamente cedido por el Ayuntamiento a Xalubinia, con el ánimo de fomentar la cultura en el municipio y lograr que sea un referente internacional en el cada vez mas importante mundo de la estampación. Pere veía fascinado trabajar a su padre, las hojas que tallaba, las filigranas que torneaba, los muebles que salían de su mano, mientras dibujaba en cuantos papeles caían en su mano, que invariablemente le pedían los amigos de su padre; y pensaba cómo poder multiplicar sus dibujos, para poder así contentar a todos. Soñaba con el grabado sin saber aun lo que era, sin haber visto un buril ni un tórculo, y con veinte años ideó la manera de hacerlo poniendo entre dos tablas una plancha de linóleo boca arriba, un papel y un trozo de manta, que presionó con un sargento de carpintería, obteniendo su primer trabajo en serie, una carpeta con seis escenas de la historia de Menorca, desde las primeras taulas hasta la guerra civil. Cuando a los treinta y cinco años sale de Menorca para instalarse en Salobreña por el amor a una mujer, funda con Ángel Ramazzi el Taller Xalubinia, un nombre de marcado origen nazarí, y encarga a un herrero su primer tórculo. Hace unos años regresó a Alaior, su pueblo natal, adonde traslada, por amor al arte, su Centro de Grabado, en el que instala ese tórculo y dos mas para poder cumplir con los objetivos que se propone: investigación, enseñanza y propagación de las técnicas de estampación, publicación de arte gráfico y apoyo al desarrollo de artistas, incorporando al proyecto a Natalia Tamayo y a José María Cáceres. Xalubinia ha realizado trabajos para la UNESCO -actualmente prepara para la Fundación Internacional Cultura de Paz, que preside Federico Mayor Zaragoza, la edición limitada de un libro de grabados y textos en siete idiomas sobre la paz y la tolerancia mundiales-, ha formado a más de quinientos estudiantes, ha publicado catorce libros y carpetas de artista y ha organizado exposiciones de grabado con la participación de artistas de diferentes países, como la denominada "Variaciones de Taller", con sesenta grabados -nueve cedidos por el Consell Insular y los restantes parte de la propia colección de Xalubinia-Menorca, de más de 900 obras- de las más variadas técnicas calcográficas de artistas de diecisiete nacionalidades, expuesta por primera vez en el verano de 2009 en la sala El Roser de Ciudadela de Menorca y posteriormente en el Museo de Menorca en Mahón.

En el capítulo de la investigación, Pons indaga en lo que inicialmente llama cromoplaxgrafía y actualmente cromohierro, una técnica de grabado calcográfico a todo color realizado por sustracción sobre plancha de hierro por procedimientos no digitales ni apoyo fotográfico, que yo me atrevería a denominar ferrografía y otros oxigrafía, y para él es "su manera de hacer", un procedimiento que le dio muchos quebraderos de cabeza para que el papel húmedo utilizado, cada uno con sus fibras diferentes, no creciera o decreciera saliéndose del registro, lo que ha conseguido resolver metiéndolo en agua lo suficiente para que no crezca mas, entintándolo y dejándolo secar, para meterlo nuevamente en agua cada vez que quiere dar un nuevo entintado. La utilización del hierro frente al cobre tradicional era un reto y para él un homenaje a un mineral que siempre había servido para la guerra y que siempre había sido desechado para grabar, por considerarse inservible por sus poros y por no dar blancos, por ser un material muy difícil de domar, y de ahí la grandiosidad de su trabajo, con el que consigue estampas de enorme calidez, con unas gamas de óxido que las acercan al espectador porque le invitan a entrar en las mismas, a dejar volar su imaginación a través de paisajes abstractos o figurativos de enorme interioridad, a escuchar los tonos calientes propios de los instrumentos de cuerda, como le gusta comparar por el paralelismo existente entre los mensajes musical y plástico.

En estos momentos de crisis y restricción de subvenciones a la cultura, el posicionamiento de un Ayuntamiento pequeño como el de Alaior cediendo unos locales en favor de un proyecto cultural de tanta envergadura como el de Xalubinia-Menorca en el mundo de la estampación es un ejemplo a seguir que merece aplauso y reconocimiento a su equipo de gobierno y a la concejalía de cultura; y donde quizás el Consell también tenga algo que decir. Y a mi juicio, es uno de los caminos que debe tomar Menorca cara a su proyección futura nacional e internacional y a la desestacionalización de su temporada turística, uno de sus grandes retos de desarrollo: el fomento de sectores especializados en el panorama cultural puede ser un camino para ello y una oportunidad para una colaboración eficaz de servicio al ciudadano de las cuatro administraciones públicas confluyentes en Menorca, la estatal, la autonómica, la insular y la local, lo que sin duda será objeto de una reflexión más profunda en el próximo IV Foro Menorca-Illa del Rei. Por ello y de nuevo: ¡salud al Foro!

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