Esto no y lo otro ya veremos

No sé ustedes pero yo creo que, cuando hay crisis, se deberían dejar espacios para la imaginación en lugar de construir laberintos donde sea complicado hallar la salida o estrechos pasillos donde el personal sea obligado a circular metidos con calzador. No es buena tanta prohibición, no poder hace lo que siempre se hacía ni ir a donde siempre se iba. Al ser humano acongojado a causa de esos nudos en la garganta y no por empacho de canapés de salmón y caviar, sino por el puñetero mendrugo de hace tres días bañado en su propio jugo, o sea la saliva interrumpida y mal tragada porque ya no puede llegar tarde, que sería un lujo, sino más bien porque ni puedes salir, no se le pude enviar los toros al redil del nunca más volver, ni dejarlo sin futbol los fines de semana o desterrarlo al directo de altas horas de la noche y comentarios de madrugada, ni decirles aquí no te puedes bañar y mucho menos echar el gusanillo al mar por si pican. Creo que lentamente nos vamos dirigiendo hacia el sistema de que si algo quieres deberás pagarlo, aunque lo que se intente comprar sea solo unas horas de tranquilidad, de desconexión con todo lo que te rodea y asfixia. Tengo un grano de arena en el ojo y me molesta un montón.