"Que es que se... ese merdé... exclamaba la nobleza.
¡La Revolución Francesa!... que es que vus avé pansé"
Así nos recordaba La Trinca (allá por los sententa) ese trascendental hecho histórico que nuestros vecinos los franchutes organizaron. Rodaron cabezas y se impuso aquello de la liberté, egalité, et fraternité.
La versión que hoy me permito entonar para los lectores del "Menorca", visto lo visto en el Parlamento de Cataluña, podría sonar algo así:
Que es que se... aquest merdé.... exclamaban los del PP
¡la revolució a Catalunya!... que collons avé pansé.
Bromas aparte, ayer se consumó la boutade que ha organizado el sr. Mas ("el comelangostas" JJ Gomila dixit) con ese brindis al sol que es la declaración de soberanía que se autoregalaron los nacionalistas catalanes.
Si no se tratase de un tema serio, podríamos pensar que Arturito y sus muchachos no tienen nada mejor que hacer, para disimular la profunda crisis que sufre Cataluña tras el paso del tripartit por el gobierno de esa autonomia.
Tras el fracaso del sr. Mas en los últimos comicios autonómicos, el President ha profundizado en la evidente división que hay en el pueblo de Cataluña con respecto a la forma de su autogobierno.
Aparcando la legalidad vigente que a todos nos garantiza la actual Constitución, Mas pretende una secesión de parte del Estado español en la que (les guste o no) está incluida Cataluña.
Mas no ha conseguido que la "inmensa mayoría" de Catalanes le siga en su aventura. Hoy, con los apoyos parlamentarios que ha tenido su propuesta, no podría ni siquiera cambiar el Estatuto. No hablemos ya de declarar unilateralmente la independencia de esa parte de España, que (curisamente) nunca ha sido un estado soberano, sino solo parte de la Corona de Aragón.
Principat y Ciudad Condal vale. Lo demás un rollo.
Por mucho que insistan en repetir cansinamente aquello de "la corona catalanoaragonesa" y lo de los "països catalans", no cuela. La realidad más evidente es que acaban de emprender un viaje a ninguna parte. Una huida hacia adelante, que el gobierno de España tiene la obligación de parar en el momento en que la Generalitat actue fuera de la ley por la que democráticamente nos regimos.
En épocas de profunda crisis económica, los emperadores romanos entretenían a la plebe con aquello de "panem et circensis". Hoy Arturito nos endilga día sí, día también una ración de "soberanía i independencia" para tener entretenido al personal y que esa "il·lusió les haga olvidar que las están pasando económicamente canutas.Después de repteri por activa y por pasiva aquello de "Madrit ens roba" i "Madrit ens ofega" han tenido que buscarse otro leitmotiv para esconder sus vergüenzas. Su mala gestión de gobierno, y su consiguiente fracaso económico.
Utilizan la mentira política para conseguir sus objetivos. Una Cataluña dentro de la Comunidad Económica Europea, es (cuando menos) una entelequia. Y cuando más una mentira.
Pero ya lo sabemos: los políticos mientes casi cada vez que hablan. Y sus mentiras, junto con la debilidad de ZP que les hizo creer que Cataluña sería lo que quisiera su Parlamento, nos han traido este merdé.
Mon Dieu ZP, vous la avé cagué!!, y mesié Mas també.