"Europa Press informa sobre Menorca", qué bien, pensé, por fin alguien nos tiene en cuenta, Menorca existe y es noticia nacional e incluso internacional, estamos en el mapa… pero mi alegría al enterarme de la noticia duró poco, sí que somos noticia pero con el siguiente titular: "El dragado del puerto de Mahón afectará a especies protegidas".
La cosa se resume más o menos de la siguiente manera: los fangos del puerto de Mahón están contaminados, los quieren dragar y sacar (unos 200.000 metros cúbicos), cargarlos y sin descontaminarlos verterlos a una milla marina de las costas de Sant Lluís, más concretamente por la zona de Cala Rafalet, así a pelo sin miedo y sin sentido común.
Parece que nadie duda de que se debe descontaminar el puerto, el conflicto surge porque los que quieren hacerlo sin miramientos no reconocen los informes que alertan del peligro que supondrá para nuestras costas y especies marinas el hecho de tirar fangos contaminados con metales pesados cerca de nuestra Isla, y recordemos que Menorca en teoría es reserva de la Biosfera, ¿lo es verdad?
Por un lado la empresa CBBA y Autoridad Portuaria sostienen que la zona donde se verterán los fangos carece de interés biológico, por otra parte Oceana ha demostrado que no es cierto, que existen en la zona "una elevada diversidad de especies y ecosistemas", y que tirarle metales pesados encima no solo acabará con muchas especies, también afectará al turismo y a la imagen de Menorca, y pondrá en peligro nuestra seguridad alimentaria ya que nos comeremos peces que estarán hasta las agallas de metales pesados como plomo, mercurio o zinc.
Este, queridos lectores, debería ser un tema donde toda la sociedad menorquina estuviera de acuerdo, por encima de ideologías, de siglas políticas e incluso de rivalidades personales, es obvio que ningún menorquín quiere que contaminen sus costas y envenenen sus aguas.
Pero me temo que el servilismo a otros intereses, que no son los del bien común para la isla, harán que se levanten voces defendiendo los vertidos tal cual, por lo tanto no será raro ver algún pescador dentro de unos años con una lubina o un cap roig debajo del sobaco a modo de termómetro, y funcionará la mar de bien porque estarán rellenos de mercurio. Llegados a este punto de locura nos podremos hermanar con los japoneses y solucionar el trasporte aéreo con una línea Menorca-Fukushima ida y vuelta. Reír por no llorar lágrimas de plomo.