Tirso Pons falleció ayer. Ha sido uno de los políticos más destacados desde la transición, con casi veinte años en cargos públicos, desde el puesto de senador, presidente del Consell de Menorca en dos mandatos y diputado autonómico. Vivió la apasionante etapa de llevar a cabo la organización política de la sociedad en los primeros años de la democracia. En ese tiempo demostró una de las características que le han definido durante toda su vida, la defensa de las ideas y la ilusión, aunque fuera utopía, de cumplir los sueños de transformar y mejorar la sociedad.
Cuando ya no ocupó cargos públicos siguió siendo un militante activo del PSOE, participando en los debates y aportando ideas. Compañeros y adversarios políticos reconocen hoy su estilo de hacer política, con diálogo y capacidad para intentar aproximar posiciones, alcanzar acuerdos y ser capaces así de poner en marcha algunos de los proyectos históricos que hoy forman parte de nuestra realidad insular.
Dedicó más tiempo a la política que a su profesión en la docencia, sin embargo muchos consideran hoy que su personalidad y el tiempo que le tocó vivir lo convirtieron en un maestro de la política.