Existen dos tópicos en la Isla aparentemente contradictorios: la economía insular depende del turismo y los menorquines quieren turismo pero sin turistas. El Consell invertirá 50.000 euros para concienciar de la necesidad de mejorar la actitud respecto de la actividad turística. El Govern ya llevó a cabo una acción similar cuando instaba a los residentes a ser más hospitalarios con los visitantes. El objetivo de mejorar el producto turístico desde la actitud personal y colectiva es interesante. No se conseguirá solo con campañas de publicidad, sino con una información eficaz que permita evidenciar la importancia que tiene avanzar en la calidad de Menorca como destino apetecible. Si hoy se valoran unas vacaciones por la experiencia que representan, la relación entre los turistas y los residentes es una parte fundamental, que ayuda a fidelizar a los visitantes y avanzar en la calidad. Un dato muy significativo es que la mayor parte de las personas que han encontrado empleo en el mes de mayo trabaja en el sector servicios. No se trata de un mal menor, sino de oportunidades profesionales en la actividad que mueve la economía insular. Se trata, en definitiva, de descubrir que la calidad turística es también un compromiso personal y colectivo de los menorquines.
Editorial
La campaña pro turismo, en busca de resultados