A ver si me explico. El Jaleo Bus sirve, básicamente, para que no nos espachurremos contra una pared seca. Porque los científicos andan trabajando en un estudio en el que se demuestra que cuanta más cantidad de alcohol se ingiere, mayor es la fuerza de atracción hacia la cuneta. Esta hipótesis es de cajón, lo sé, pero a más de uno parece que se le olvida y luego viene el drama. El Jaleo Bus facilita el regreso a casa sano, salvo y con todos los órganos en sus respectivas cavidades.
Hace unas semanas publicó 'Es Diari' que unos muchachotes habían roto parte del autobús que les devolvía a la cuna, cuna, porque imagino que no dejan de ser una panda de críos malcriados, y se originó el debate sobre quién debía costear la reparación. Ellos, a 'clatellades' mediante. Porque un 'mal gat' lo podemos tener cualquiera pero que un servicio sea de carácter público o el mero hecho de pagar un billete no nos tiene que hacer creer que tenemos carta blanca para hacer y deshacer a nuestro antojo.
El Jaleo Bus es un servicio que económicamente no es viable. Jamás, o muy pocas veces, será autosuficiente, pero es que a veces el dinero no lo es todo. Según parece, salvar una vida no tiene precio. Dos, ya ni te digo. Pero es que la Administración debe obtener beneficios de otros servicios más rentables que equilibren la balanza cuando se cuadren con el Jaleo Bus y que no obliguen a poner según qué precio. Este año, por ejemplo, ha habido poblaciones en las que casi ha salido más económico coger un taxi entre cuatro para regresar a casa.
En realidad estamos en lo de siempre. El Jaleo Bus puede estar caro y nos quejamos pero luego cuando nos piden en algunos bares 2,5 o 3 euros por una cerveza tamaño caña pagamos bobaliconamente. La mentalidad es la base. Priorizamos una melopea a llegar bien a casa. Quizás, el problema no es de 'ellos' sino nuestro. Y queridos, no dejéis de usar el Jaleo Bus que se os echaría de menos.
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