Entre los recuerdos que no se borran de mi memoria figura en un lugar especial la primera vez que fui al cine. Una sesión doble con Tarzán y Blancanieves –extraña mezcla del programador– en el cine Los Ángeles de Santander. Desde entonces el séptimo arte ocupa un lugar de honor entre mis actividades de ocio favoritas, especialmente en verano, por lo que supone refugiarse al fresco del sofocante calor. Es por ello que en muchas ocasiones decido ir a ver una película sin importarme mucho si va de zombies, extraterrestres o piratas, me gusta ir al cine por el simple placer de perderme durante dos horas sumergido en alguna historia, y si puede ser lejos de los "palomiteros", mejor que mejor.
Pero al fin y al cabo no queda más que reconocer que las películas ya no son lo que eran, por mucho espectáculo que nos vendan en tres dimensiones. Hago memoria sobre la media docena de títulos que he consumido últimamente y llego a la conclusión de que ayer vi más cine en los 50 minutos de una serie como "Breaking Bad" que en lo que llevamos de 2013.
Me suele decir un amigo, y no le falta razón, que las series de televisión, principalmente las americanas, son el cine del siglo XXI. Y ahí es cuando empezamos a discutir sobre cuál es la mejor serie de la historia. Él se decanta por "The Wire", yo me quedo con "Los Soprano". ¿Y usted?