Los partidos, en el rigor de tener agavillados a sus militantes, no permiten la discrepancia, so pena de pasar a ser de inmediato señalado como díscolo o díscola.
En eso de ser lo más afines posible como los estorninos, se llega hasta la penosa despersonalización de llegar a vestirse dentro de unos cánones concretos. Pongo incluso por caso ahora mismo, en pleno verano con camisa de manga larga, permitiéndose arremangar o volver los puños unos centímetros por encima de la bocamanga. Al atardecer un jersey sobre los hombros. Dicha prenda conviene que lleve bordado un caballito o un cocodrilo para señalar su buena cuna. Los zapatos deben ser unos náuticos o similares. La señora que va al lado, a poder ser, deberá lucir una melena rubia, por más que ella sea morena, convertida en rubia de bote, nada de cabello corto ¿saben ustedes con este look a qué partido me estoy refiriendo? Es solamente una seña de identidad con la que se puede identificar un grupo social. Porque hay que estar juntos pero no revueltos; grupo social en este caso político.