En política los eufemismos están a la orden del día. Por eso en vez de decir que el gobierno tiene buena parte de sus ministros quemados, dicen algunos que los tiene amortizados. Se diga cómo se diga, el caso es que en las encuestas, la ciudadanía, les da un suspenso más que significativo y creo que más que merecido.
En el reciente «Debate del estado de la nación», la mayoría de analistas políticos auguraban una remodelación de gobierno, pero el Sr. Rajoy tiene más en mente cursar los dos años de legislatura que le quedan, con el mismo equipo, salvo quizá, Miguel Arias Cañete, que lo podría mandar a Europa para encabezar las elecciones europeas.
Si con media legislatura tiene ya casi todo el gobierno quemado, en mi opinión es un riesgo plantarse en las elecciones de 2015, con un gobierno muy rechazado, muy cuestionado por la ciudadanía. Fíjese en José Ignacio Wert, que allá donde va le sale al paso un enjambre de voces, diciéndole de todo menos bonito, o en justicia con un Gallardón que tiene en su cuenta y a cuenta, un record de manifestaciones de mujeres, incluso hasta de otros países, lo que ya es para hacérselo mirar, o lo de Cristóbal Montoro, o el ministro del Interior Jorge Fernández, lo de la Sra. Mato, con una sanidad desbordada y la guasa que se trae el personal con la invisibilidad de un jaguar en su garaje, entre otras sospechas de parecido origen. En fin, que si el «patio» está así ahora, no le quiero ni contar dentro de dos años más, con los mismos ministros, por mucho que el Sr. Presidente tenga en mente no anunciar una crisis de gobierno. Ya le anticipo que va a ser un envite electoralmente muy arriesgado, pero si actúa dentro de la lógica y piensa renovar el gabinete ministerial, cuanto antes lo haga mucho mejor. No tiene ningún sentido hacerlo unas semanas antes de la elecciones.