El proceso de Carlos Fabra ha durado diez años y han intervenido en él hasta nueve jueces distintos (es increíble lo que a algunos les dura un proceso judicial). Este sórdido individuo, a la sazón presidente de la Diputación de Castellón y líder del PP, en el año 2010 lanzó un comunicado proclamando a los cuatro vientos su inocencia y afirmando que no presentaba su dimisión cuando ya contra él las pruebas que le inculpaban desde 2004 eran abrumadoras por delitos de cohecho, tráfico de influencias y negociación al margen de la ley.
El inocente Fabra tiene ahora una sentencia firme por cuatro delitos fiscales.
Me pregunto por qué esos compañeros suyos o de Jaume Matas, que otrora proclamaban su honorabilidad, no salen ahora en los mismos foros a proclamar que estos individuos en los que confiaban han resultado ser verdaderos delincuentes.
Curiosamente el tal Carlos Fabra, además de haberle proclamado en firme la ley como delincuente, para el pueblo llano un chorizo despreciable, era también un hombre de una curiosa y llamativa suerte, digna de figurar en la guía guinnes o en el anecdotario chapucero de un delincuente que creía que vivía en un país de idiotas. Entre los años 2000 y 2011, a Carlos Fabra le tocó la lotería en varias ocasiones. De 2000 a 2004, se embolsó 268.000 euros. El premio más gordo lo obtendría en el año 2008 con dos millones de euros por el premio grande de El Niño. En el 2011, le tocaba otro premio de la lotería nacional. Es curioso a cuántos de esta gente les toca tantas veces la lotería. ¡Qué cosas!
El individuo en cuestión presidió la Diputación de Castellón 16 años y estuvo al frente del PP en Castellón algo más de 20 años. Cuesta creerse que una persona que alcanza esa posición resulte luego ser un delincuente. Un tal Roldán, máximo representante de la Guardia Civil, resultó ser como quien pone a la zorra a guardar gallinas. Y luego, sus iguales en un principio suelen defender «la brillantez» e inmaculada trayectoria de quienes no son más que delincuentes que arramblan con el dinero que no les pertenece. Como increíble sonó aquel ¡que se jodan! proferido por su hija Andrea, también del PP en el Congreso de los Diputados cuando allí se desgranaban los recortes a parados y trabajadores. Tiene ahora esta señora la oportunidad de recuperar sus mismas palabras para su padre. Mucha de la gente a la que ofendió aquel día se lo dirán a su padre, no le quepa duda. Y en este caso, con más motivo y razón.
No seré yo quien lo diga porque afortunadamente aún hay cosas que a los humanos nos hacen diferentes.
Por las buenas gentes del PP y por la política como Dios manda, siento que aparezcan en ella estos tristísimos personajes que piensan que un despacho es un cortijo, su cortijo, donde pueden forrarse a costa de que los demás hagan durísimos sacrificios para sacar a España de la crisis. Lástima que la justicia no sea más rápida y sobre todo más severa con estos chorizos y que cuando hay indicios claros de su forma de comportarse, los partidos donde descaradamente militan, no les manden literalmente a hacer puñetas.